La perrita seduce al vecino para vengar a su ama - Relatos Eróticos

La perrita seduce al vecino para vengar a su ama

Mi ama entró al departamento de mal humor. Apenas entré, me preguntó si conocía al vecino de enfrente del departamento. Era un hombre de unos cuarenta años, casado y com dos hijos, al cual había visto un par de veces por la ventana que colindaba con nuestra terraza, espiando cuando caminaba desnuda por la casa y me olvidaba de cerrar las cortinas.

–Bueno, pues ese cerdo tuvo el descaro de tocarme una nalga mientras venía para acá.¿Con que le gusta ver a mi puta? Sí este tipo quiere un espectáculo, mi perra se lo va a dar.


Al otro día puse en práctica el plan. Estuve buena parte de la mañana viendo por la ventana, ví salir a la esposa del vecino con los niños y entonces, desnuda como estaba saqué una silla a la terraza, me senté y sin ningún recato abrí mis dos piernas en dirección a la casa vecina. El hombre se percató y miró disimuladamente, como si no creyera lo que estuviera pasando. 
Yo mordí mi labio y miré directamente al vecino, indicandole que podía ver. Empecé a acariciar mis senos, mientras él hombre se ponía cómodo y miraba de frente sin pena. Seguí bajando con mis manos por mi abdomen, veía en la mirada del hombre como ansiaba que llegara a mi coño, pero yo dilataba eso, prefería seguir acariciando la parte superior de mi cuerpo.
Después de un rato, me levanté, empecé a bailar moviendo mis caderas, me di la vuelta, apoyé mis manos a la silla y me doblé un poco mostrando mis nalgas redondas y perfectas. Sentía el calor en los ojos del hombre.
Me volví a ...

... sentar, de nuevo abrí las piernas y de inmediato arremetí contra mi coño. Acariciaba mis labios y clítoris en círculos, con furia con una mano, mientras con la otra apretaba fuertemente mis senos y pezones.
El hombre se sacó la verga, no era muy grande pero si ancha. Yo me detuve y negué con la cabeza "espera y mira mi amor", le dije. Entonces continué dándome duro yo sola, acariciándome y gimiendo muy fuerte. Cuando terminé, lamí mis dedos frente al hombre. Me reí un poco al ver aquella verga dura, exigiendo placer. Le sonreí "¿Vienes?", Pregunté. El hombre guardó su verga erecta con rapidez, se calmó un poco y lo ví irse corriendo de su casa hacia la mía. Venía la otra parte del plan y esperé al hombre hambriento.


El hombre no tardó en llegar. Tocó la puerta, abrí y apenas entró me besó y comenzó a apretar mis nalgas mientras me llevaba al sofá de la sala. Sacó su verga del pantalón que estaba a punto de explotarle, sin mucho preámbulo, la metió con furia y de una sola vez en mi coño, empezó a penetrarme fuerte y duro, hay que ser sinceros, no lo hacía mal, pero su desesperación indicaba que no había cogido en mucho tiempo a su esposa. Me daba duro con su verga mientras decia "dime qué te gusta, pídeme más, mmmm te voy a partir en dos, mmm que rica estas mami, desde que te vi por la ventana supe que serías mía, mmm me encantas mami, estás deliciosa, ah sí te voy a llenar de leche, hermosa zorra". La fuerza de las embestidas anunciaba que pronto cumpliría su amenaza, ...