Mis dos hijastras. Parte 1. - Relatos Eróticos

Mis dos hijastras. Parte 1.

Mi historia es real. Actualmente tengo 52 años. Todo sucedió cuando tenía 30 años. Me enamoré de Camila, ella tenía 35 años y dos hijas, Sofía de 17 y Luisa de 15.
Nos casamos y ellas vinieron a vivir a mi casa,
Durante el primer año todo pasó de maravillas, hasta que un día todo cambió. 
Sofía la mayor tenía un novio, cuando él llegaba de visita ellos y Luisa se encerraban en su habitación y demoraban horas ahí. Yo pensaba que eran cosas de jóvenes, así que no le prestaba mucha importancia, poco a poco el chico empezaba a irse más tarde, hasta una noche mi esposa y yo dormimos y de pronto en la madrugada me desperté, salí a la cocina. Al volver me dió por ir a ver las chicas si estaban durmiendo. Me doy cuenta que la puerta del cuarto de Sofía aún estaba cerrado. Busco la llave y entro, veo a Sofía y Luisa dormidas desnudas y el chico a un lado desnudo dormido. Me enojé mucho. Ya que esa es mi casa y fui a despertar a su madre para que arreglara ese problema.
Siendo de madrugada se formó el problema y la madre decidió que el chico no volvía a entrar a la casa y estaba prohibido que ellas volvieran a hablarle o verlo. 
Pasaron los días y por las noches me daba una arrechera pensando como ellas hacían el trío, pensando en sus coños, recordando sus tetas.
Una noche de insomnio fui a la cocina, esta vez veo luz debajo de la puerta del estudio,a parte de la sala el estudio era el otro lugar donde solo había tv. En los cuartos no habían, supuse que serían ellas, así que ...

... busque mi llave y suavemente  abrí la puerta, ví a Luisa acostada, mientras Sofía hacia una tijereta, la tv, pasaba una película porno, al verme Sofía se puso de pie y Luisa trató de taparse, mi pinga se paró y cerré la puerta, en ese momento estaba tan exitado que no pensaba con claridez, me deje llevar por la arrechera, y me saqué la pinga, y les dije, tienen ganas de verga, comanse esta,! Termine de quitarme el pantalón y el suéter.
Y le dije vengan, pero ninguna se acercó, las tomé de la mano y las senté en el sofá, me acerqué y besé a Sofía, mientras que ponía su mano en mi verga, seguí besando su cuello y lamiendo, ella se empezó a exitar, comenzaba a masajearme la pinga, mi verga se babeaba y ella aprovechaba para pajearme con mis líquidos, baje a sus tetas y seguí mamandole las tetas, así ellas sentadas, me puso de pie y puso mi pinga en la boca de Luisa, ella empezó a mamarlo, suave y tímidamente, y le dije comparte con tu hermana, Sofía empezó a mamarme los huevos, me sentía en el cielo del placer, poco a poco fueron perdiendo la pena, y empezaban a mamarmelo más duro y más rápido y me vine en sus bocas, así que las arrodillé en el sillón, poniendo el coño a él aire empezé a culiarlas, tan rápido y duro hasta hacerlas venir. 
Esa madrugada me acosté en el sillón y Sofía se abrazó a mi y Luisa se acostó en mis piernas. Lea dije que me había gustado mucho, que me gustaría volver a repetir, pero era consciente que en casa no se podía, que sería fuera de casa. Les ...