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Masaje especial
Fecha: 01/02/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pero estaba de tal modo que no ofreció resistencia para que entrara con más facilidad.. El consolador, untado generosamente con vaselina comenzó a penetrarla y la mujer dejó escapar unos gemidos de satisfacción. La verga real del hombre fue entonces su objetivo. La tomó entre sus manos, la acarició de arriba abajo, dejando que la piel descubriera la roja cabeza y se la introdujo en la boca y empezó a chuparla. Como los movimientos entre los tres se realizaban sincronizados, la mujer estaba a punto de acabar nuevamente. El hombre por entonces ya no podía aguantar más el contener la eyaculación y el estallido se produjo de golpe. Un poderoso chorro de semen salió disparado hacia la garganta de la mujer quien al sacarse la pija de la boca, recibió sobre su cara el resto de la leche. La terapeuta viendo cómo gozaban los dos empezó a humedecerse. Después de ducharse y vestirse tomó un par de copas con sus ocasionales amantes, sin que ninguno de los tres hiciera mención alguna a lo que había sucedido unos minutos antes.Cuando salió a la calle parecía que volaba. La había pasado tan bien que ya estaba pensando en la próxima sesión. Se había olvidado de que su marido no la atendía y ya se imaginaba cogiendo con el marido de la masajista. Lo que ignoraba era que la terapeuta fuera celosa y que solo admitía a su marido que se la chuparan y que éste manoseara las tetas y conchas de sus pacientes. ¡Nada más!. Por algo usaba el vibrador para penetrar ella a las pacientes. No ...
... quería que su esposo se cogiera a ninguna más que a ella. La historia estaba próxima a finalizar pero ninguno de los tres lo sabía. Ocurrió accidentalmente. Ese día la sesión estaba desarrollándose normalmente entre los tres cuando tocó el timbre del departamento una paciente que se había equivocado de horario y arribado mucho más temprano. La masajista que no quería que se fuera pues temía perderla ya que era la primera vez que concurría empezó a darle charla mientras en la otra habitación se quedaban solos su marido y la mujer y la temperatura iba en aumento. El hombre tenía ya su verga dura y como la circunstancia y la ocasional compañera invitaban a ello, la sacó del pantalón. Ella que estaba en relax, abrió los ojos al percibir el movimiento y sonrió con picardía pasándose los dedos alrededor de sus pezones erectos como si trazara sugestivos círculos. La ayudó a bajarse de la camilla, la tomó por las caderas y le dio un beso en la boca que ella aceptó con agrado. La hizo recostar un poco y pudo ver sus preciosas nalgas con un delicioso trasero y dada la posición, la entrada a la conchita. Cuando abrió las piernas para facilitarle la tarea el masajista le introdujo la verga hasta el fondo. No tuvo inconvenientes porque ella ya estaba húmeda. La tomó de las tetas y empezó a moverse con toda velocidad buscando el orgasmo como un desesperado cuando se dio cuenta que la mujer estaba por acabar y le pedía que se la metiera fuerte. Al unísono acabaron gimiendo y gozando ...