TARTA 5 (EN “CASA”)
Fecha: 31/08/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... cuando lo perdió, su mamá lo hizo con toda la delicadeza del mundo, y de tal manera jamás sufrió al respecto…, y sus primeras prácticas hetero fueron totalmente satisfactorias. ¡Sin contar que el sexo con la mamá le originaba muchísimo placer! Pero hay más… ¡Yo, totalmente estúpido, no me di cuenta cuando Kirky le preguntó si lo había hecho con dos hombres! ¡Claro que no! ¡Pero desde los primeros años del secundario lo hacía con dos mujeres! “Las tías”, una de ellas hermana de Yolanda, fueron puesta al tanto de los conocimientos y gustos de Araceli, bisexual desde los comienzos. ¡Y Patricia y Romina lo perfeccionaron! Toda esta historia viene a cuento, porque, sin ninguna otra consideración, fui tranquilo a casa, no sin antes comprar algunas cosas que me encargó Ari, sobre todo para facilitarle a Kirky la preparación de la cena, cosa que ella le había pedido, cuando se “enteró”, que demoraría en llegar.
Y entré yo. Kirky estaba en la cocina, preciosa como siempre, con el cabello recogido y un liviano vestidito, que no llegaba a la mitad de los muslos y con amplio escote. En ese momento no noté nada en especial. La nena me recibió con un cálido y húmedo beso.
-Me voy a bañar…, y regreso a ayudarte. – Yo seguía “inocente”.
-Te espero ansiosa… - ¡Tenía en claro que estaríamos solos un buen rato!
Fui a bañarme. No llevé ropa para cambiarme. Saldría con el toallón e iría al dormitorio. En eso estaba, secándome, cuando entró Kirky… ¡desnuda!
-¿Dónde piensas ir con ...
... tanta ropa? – Era la nena que “preguntaba”. – Vení a “ayudarme” a preparar la cena.
No dudó un instante. Me saca la toalla de la mano, y me toma de la pija.
-Así no te escapás. ¡Jajaja! – Y… bueno. ¡Me declaro prisionero!
Y así fue que terminamos sobre la silla. En la cocina… “para que no se queme la carne al horno”.
Estamos en silencio y acurrucados. Bien apretaditos.
-¡Casi me olvido! – Kirky se irguió, sin levantarse de mi regazo. Seguía empalada, muy bien, con todo el placer.
- ¡Llamaron al hotel! ¡Para mí!
-¿Y eso?
-¡Las japonesitas! – Kirky estaba asombrada y admirada. – Las japonesitas que estuvieron en Punta Uva llamaron desde Lima. Era para mí, pero quieren hablar con vos…
-No entiendo. – Realmente no entendía porque las japonesitas habían llamado a Kirky, teniendo mi teléfono. ¡No entendía!
-Lo que dejaron dicho es que averiguaron donde estaba yo, y el mensaje que dejaron es para que las llamés vos. ¿Entendés?
-Y si…, pero… no entiendo que quieren…
-¡Jajaja! ¡No te hagás el gil! – Me llenó la cara de besos. - ¿Te crees que no sé qué te las cogiste?
-Pero… ¿cómo?
-No te preocupés… Ari no lo sabe. Nunca le voy a decir que te cogiste a una nena de quince… ¡Yo fui la única! ¡Jajaja!
-Bueno…, está bien. Sí, nos pusimos de acuerdo. Si llegaban a venir acá me llamarían…, pero no sé porque te llamaron al hotel…
-¡Miren a los chicos! ¡Qué tranquilitos! – Araceli había entrado en silencio. Sabía lo que podía encontrar. – Veo que están “hablando” ...