Mi tía mi esposa - Relatos Eróticos

Mi tía mi esposa

... se lo metió a su boca dándola por segunda vez en ella. Julio hasta aquí llegaré contigo porque somos enamorados, Inés sabes quiero que duermas conmigo desde ahora, ella acepto y comenzamos a dormir juntos, ella se dejaba hacer de todo, inclusive la desnudaba y lamia todo su bello cuerpo, sólo se dejaba mamar los senos y la daba en su boca, pero yo quería hacerla mía reventar sus dos agujeros hacerla mi mujer completamente, así que un día llegué con un juez y dos testigos para casarme con mi tía, Julio que pasa, Inés el señor es Juez y lo he traído para casarnos, te lo prometí tu eres el amor de mi vida, Julio que dirá la familia, a la mierda la familia le dije en nuestro cuarto, yo te amo y tu me amas, eso es lo que importa, se cambió se puso hermosa y salimos, el juez preguntó si el apellido era el mismo, y le dije que era una casualidad no sin antes llevarlo a un rincón y darle su coima, una vez que estuvo conforme nos caso y los testigos firmaron, cuando se fueron levante a mi mujer en brazos y comencé a besarla con una pasión incontenible, mis ojos llenos de lujuria veían a mi tía esposa como una presa a quien comerla, la lleve a mi cuarto y empecé a desnudarla, Inés ahora eres mi esposa y tienes que cumplir con tu papel de conyugue, si Julo pero tu cosa es  gruesa y grande, no te preocupes que te lo haré suavecito, y la desnude completamente comencé a lamer sus pies y todo su hermoso cuerpo, lamí su concha y su ano con frenesí, mame sus senos y mordí sus pezones, legue ...

... a su boca y la bese con lujuria, ella me comenzó a chupar la pinga y nuevamente me apodere de su panocha y su ano, luego la tiré en la cama y observe que estaba bien mojada, abrí sus piernas y mi pinga penetró esa vagina virgen por primera vez, mi tía gritaba de dolor y yo se lo seguía metiendo suave ella seguía rogando que se lo saque, y yo continuaba desvirgándola hasta que dio un grito fuerte y toda mi pinga había penetrado en su rica concha, empecé a moverme con dificultad hasta que empezó a lubricarse y me comencé a mover como loco foliando esa vagina recién desflorada, mi Inés lloraba y jadeaba y yo me la foliaba de lo lindo, hasta que la puse el hombro y me pare, Julio... Julio... me duele... ay... Inés que rica eres siempre te quise coger así, y parados estuvimos foliando por un buen rato mientras ella lloraba y jadeaba, luego la eche en la cama con sus piernas al hombro e inunde con mi semen su vagina rica, Inés ya eres mi esposa, ella llorando acepto y nos besamos como dementes, y le dije Inés ahora para hacerte completamente mía, si Julio mi culo es tuyo has lo que quieras con el si eres feliz, hazlo así me duela es tuyo, y empecé a lamer ese orificio como un orate, mordí cada nalga y metí un dedo, luego dos y puse mi glande en la entrada de su ano, y ay... desvirgue ese ano que rico era, bien apretadito y calientito, sentía como se habría su ano cuando mi pinga entraba en ella y empujaba sin compasión mi esposa tía gritaba desesperada, y yo se la seguía metiendo ...