Cuando nos entregamos en cuerpo y alma mi hija y yo - Relatos Eróticos

Cuando nos entregamos en cuerpo y alma mi hija y yo

... comencé a acariciarle las piernas por encima de sus calcetas lisas ya llevábamos días así provocándonos el uno al otro hasta que Rocio dijo las palabras mágicas “papá sigo notando las manchas de semen en mis calzoncitos que están en mi cajón de verdad me deseas tanto papá?
yo ante tal situación no sabía que responder y se me puso el pene erecto y le dije que si que la deseaba, entonces ella se levantó la falda mostrándome su calzoncito ya mojado aun y ella me pregunto…

"papi quieres hacerme el amor?" yo solo reaccione por instinto la tome con violencia le arrebate la blusa y el bra, abriéndola de piernas mientras nos besábamos desenfrenados y cuando ella intento quitarse su deliciosa tanga de encaje yo lo impedí y le dije que no, lo que hice es ponerla en 4 y haciendo de lado su calzoncito metí mi mástil completo y erecto mientras ella gritaba de deseo y entre su excitación y deseo no dejaba de decir "cogeme papito, coge bien a tu hija" yo desenfrenado no paraba de decirle "Te amo mi niña, mi nena, mi chiquita, mi pequeña siempre te he deseado mucho amor y cuando no estas no dejo de oler y masturbarme con tu rica ropa interior" allí estaba yo tomándola de la cadera por encima de su falda y mi Pene rozando su prenda íntima al tiempo que entraba en su interior, en nuestro éxtasis sexual ella me dijo que usaba las faldas y la ropa íntima que yo le compraba solo para mí para provocarme, me ...

... confeso que  ella se masturbaba imaginando que yo la hacía mía desde la secundaria, desde que una vez me vio despertando completamente desnudo y con el pene erecto, nunca dejaba de decir que tanto le excitaba mi verga por su tamaño y grosor, ella me monto y note que mi pequeña ya no era virgen pues sabía moverse bien, también me confesó que siempre buscaba novios parecidos a mí y que ya no andaba con nadie porque desde que me vio masturbándome se propuso a hacerme el amor y a que fuera mi mujer.

seguimos haciendo el amor, de misionero y no pude dejar de hacerlo me baje hasta su vagina y me bebí todos sus jugos, era un cáliz era deliciosa era una bebida de dioses, por fin llegó el momento en que yo llegaría mientras que ella ya iba por su cuarto orgasmo, así arriba de mí, montándome se vino violentamente sobre mí y descubrí algo que me trae muerto de mi niña que ella chorrea y eyacula de una forma deliciosa y exquisita dejando su tanga y su falda escolar completamente mojadas, es el placer más grande que alguna vez tuve en mi vida.

terminamos y quedamos dormidos hasta al otro día mi niña me despertó con el desayuno y semi desnuda sólo traía puesto un calzoncito rosa de seda que le había comprado y sus medias negras a medio muslo, me olvide del desayuno y la tome, desayune su concha y lo volvimos a hacer. ahora hacemos el amor casi diario, nos amamos, y queremos ser papás en unos años.