LA PERVERTIDA FAMILIA LINARES. SEXTA PARTE - Relatos Eróticos

LA PERVERTIDA FAMILIA LINARES. SEXTA PARTE

... mmm ¡Qué par de tetas! ¡Qué hermosura de tetotas tan sabrosas! putita rica ¡Qué perra hijueputa tan rica que me estoy empezando a comer! - Hermanito ¡Lámelas y sigue chupándolas! perro hijueputa, ohhhhhhh ohhhhhhhhhhh ¡Qué delicia! ¡Así se las chupabas a mamá anoche cerdito! En la ventaba seguía el espectáculo, nuevamente los dos hombres tenían mamando a las dos deliciosas hembras. Lo que hizo que yo quisiera que Johanna continuara con la deliciosa mamada que me estaba dando, por lo cual le dije: - Ahora tú sigue mamando mi verga, cara de mamadora de prostíbulo callejero, chúpame la pinga putilla de tres pesos…. lámeme el pipi pedazo de puta ¡Aaaahhhhhhh, eso, así putita! - hhhhmmmm hhhhmmmmmm hhhhmmmmmm hhhhhmmmm hhhhmmmm hhhhhmmmmmm… - ¡Sigue prostituta! ¡Sigue asquerosa marrana! ¡Chúpame la verga, perra hija de las mil putas! ohhhhhhh ohhhhhhhhh, ahhhhhh ¡Qué boquita tan putamente mamadora la de esta hijueputa! Estaba metiéndole la verga a Johanna en la boca cuando vimos que los sujetos de la ventana se estremecieron y observaron al caminito de la entrada a la casa, no sacaron sus vergas de la boca de ...

... las putillas, aunque ellas estaban a la expectativa. Medio se escuchaba que algo le decían a alguien, estaban saludando a alguna persona que había llegado. Se abrió la puerta de la casa y apareció la puta de mi mamá, apenas entró se sintió un fuerte olor a alcohol y semen, venía algo tomada y al parecer muy culiada, estaba rebuena con su estupenda putifalda y un escote del que estaba a punto de salírsele las putas tetorras, su figura era muy apetecible, nos miró con lascivia y de una se sacó las tetas y comenzó a sobárselas frente a nosotros. No llevaba brasier. La escena que mamá encontró al abrir la puerta fue a Johanna agachada frente a mí con mi verga dentro de la boca, la cual no tuvo la mínima intención de sacarla de ahí. Obviamente estábamos desnudos, solo Johanna conservaba aún la minifalda roja puesta, yo me encontraba totalmente excitado, estado que se acrecentó aún más al ver a la putita de mamá mirándonos sonriente y con cara de vicio. Yo tenía mi mano derecha palpando la teta izquierda de Johannita. - ¡Por fin llegó la Putis, hermanita! ¡Se nos cumplió nuestro deseo! Continuará (Séptima parte).