Cena con sorpresa
Fecha: 08/02/2018,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Mirian, Fuente: CuentoRelatos
Estaba yo esa mañana en el trabajo con un calentón, inquieta, apretando constantemente los muslos.
Como no se me quitaba el calentón a lo largo de la mañana, decidí llamar a una amiga alemana, con quien me lo hago de vez en cuando y me dijo que muy bien, pero que tenía que participar su pareja, que ya tocaba. (Yo hago un trio con ellos dos o tres veces al año, así como con un par de amigas más). Quedamos citadas esa tarde en una plaza céntrica, Marienplatz.
Llegué a la cita con la pareja, compramos comida y nos fuimos a su casa.
Nada más soltar las bolsas en la cocina ella, Mona, sin tiempo siquiera para quitarme el plumas, me agarró por la cintura y me dio un beso metiéndome la lengua a fondo, mientras que con la otra mano me agarró la entrepierna por encima de toda la ropa. Le dije que mejor nos quitásemos antes la ropa. Dejamos los chaquetones y abrigos en una percha a la entrada y me cogió de la mano llevándome al dormitorio, diciéndole a su pareja, Det, que esperase.
Me tumbó en la cama y empezó a desnudarme, leggins, traje, camiseta (yo llevaba más capas que una cebolla), pero antes de quitarme toda la ropa, apartó a un lado mi tanga y empezó a lamer mi coño. No tardé ni un minuto en estar empapada, pero me sentía incómoda con tanto lio de trapos por allí, así que la separé y empecé a desnudarla a ella, hasta dejarla totalmente en pelotas, igual que hizo conmigo.
Su magnífico cuerpo me impresionó como siempre. nos tumbamos, ella encima mía y empezamos a ...
... frotarnos con las tetas una a otra, a la vez que nos dábamos unos besos de no respirar.
Se puso a hacer las tijeras, frotando nuestros coños que en algún momento se acoplaban uno a otro como ventosas. También frotaba la puntita de su clítoris con mi clítoris. Yo estaba ya a punto de correrme. No podía más, pero quería retrasarlo, así que le dije que cambiásemos de postura.
Me puso a cuatro patas sobre el filo de la cama, me dio un masaje fuerte en las nalgas, las separó y empezó a meter su lengua en mi culito, a la vez que me acariciaba el chochito con la mano. Una vez más tuve que quitarle la mano porque no aguantaba y me iba a correr. Entonces entró Det, también en pelotas con su gran polla totalmente tiesa. Quería follarme desde atrás, pero le dije que se tumbase en la cama. Yo no quería perder su corrida en mi boca.
Empecé a hacerle una mamada de gran categoría, mientras mona seguía con su lengua en mi culito que ya se había agrandado un montón. Estaba en la gloria, pero haciendo todo el tiempo un esfuerzo para no correrme. Me apliqué intensamente a la magnífica mamada que le estaba haciendo a Det, quien ya gemía como un cerdo, con temblores en su cuerpo. Él tampoco podía más, pero yo le decía que aguantase. Se la chupaba en todos los sentidos, me metía sus bolas en la boca y a veces su polla entera que me daba en la garganta. La sacaba despacito, apretando mis labios sobre ella y volviéndola a meter igualmente despacio pero muy apretada con los labios y lengua. ...