Mi Pequeña Valeria
Fecha: 08/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: JAYDEE, Fuente: SexoSinTabues
La historia comienza cuando mi hija me presenta a una nueva amiga del colegio, esta niña se llama Valeria, una muñequita de años igual que mi hija, cabello castaño claro, tez blanca, ojos verdes, una carita de angelito triste, con senos casi imperceptibles todavía y nalguitas bien paraditas. Desde el momento que la ví me atrajo. Debo advertir que nunca había sentido una atracción por niñas en mi vida, mis novias siempre fueron casi de mi edad. Pero Valeria me dio un flechazo en el corazón, fue una atracción sin razón, aun no me lo explico bien. Ella al inicio ni por enterada del sentimiento que me despertó. Valeria llegaba a mi casa los fines de semana invitada por mi hija, eran muy buenas amigas. Casi siempre llegaba los viernes por la noche y se marchaba el domingo por la mañana. Yo intentaba por todos los medios de mezclarme en sus actividades, charlar con ella, de pasarla con ellas todo el tiempo posible. Poco a poco me fui ganando su confianza. La atracción iba en aumento, a veces en mi habitación me ponía a pensar si no tenía algún desajuste emocional por la pérdida de mi esposa. La atracción rápidamente se convirtió en obsesión. Debo confesar que, en varias ocasiones cuando Valeria se bañaba, yo esperaba impaciente que terminara y entraba para ver si había dejado su ropita interior, varias veces asi ocurrió y tomaba su braguita y la olía en el lugar donde acomodaba su cuquita. Luego me arrepentía de lo que había hecho. De noche normalmente veíamos tv juntos en mi ...
... habitación, debido a que yo tenía el televisor más grande con Direct tv; mi hija y Valeria se ponían cómodas con sus ropas de dormir. Yo no dejaba de observar a Valeria, con un vestido de dormir flojo, y sus braguitas casi perceptibles, sus piecitos blancos con sus tobillos rosados, todo en ella me volvía loco. Mi pene se endurecía por esta chiquilla de 13 años. En muchas ocasiones ellas se dormían viendo la Tv. En una ocasión yo estaba en medio de ellas, Valeria se quedó a mi lado en posición fetal, voltee a ver a mi hija y estaba completamente dormida al igual que su amiga. Le levanté el vestidito a Valeria para verle sus jóvenes muslos y su calzoncito blanco, mi pene se erectó como muchos años no lo hacía. Con mucho cuidado le acaricié los muslitos con una mano, luego se la pasé también por encima de sus braguitas. Valeria no sintió nada. Varias veces me retiraba al baño para masturbarme. Luego las pasaba cargadas a la cama de la habitación de mi hija. Lo anterior sucedió varias veces y cada vez iba en aumento mi deseo y obsesión por Valeria. Ahora ya no solo le acariciaba sus muslos y su colita, sino que metía mi mano por su vestido de dormir y le acariciaba sus pequeños senos, no cabe duda que de alguna forma ella lo sentía, ya que a veces se movía en la cama. Asi también con el tiempo, Valeria y yo comenzamos a tener una linda amistad, le gustaba platicar conmigo y contarme de sus cosas. Los manoseos que le hacía por las noches iban en aumento. Claro que para esto pasaron ...