Mi tío y sus amigos (2) - Relatos Eróticos

Mi tío y sus amigos (2)

... a comer algo de carne y beber una cerveza, y mientras estaba conversando con Fede, llegó Damián por atrás y me abrazó apoyando todo su paquete en mi trasero, a lo que se deben sumar múltiples besos en el cuello. Yo por supuesto, dejé que lo hiciera a lo que se sumó Fede quien me comenzó a tocar los senos y besar en la boca. De pronto ya no eran solo dos hombres, sino que estaban los seis tocándome por todas partes y sacando sus penes para que yo los comenzara a chupar uno por uno, cuestión que hice con toda la dedicación que una buena perra debe tener al momento de chupar vergas.

Sin preguntarme absolutamente nada, uno de los argentinos llamado Nahuel, comenzó a meterme su verga por el ano, cuestión que me hizo soltar un gemido de placer instantáneamente, pues no hay nada que me guste más que el sexo anal. Luego mi tío comenzó a meterme su verga por la vagina mientras chupaba las otras 4 restantes. Comenzaron a rotar y la sensación de disfrutar de vergas de distintos tamaños era increíble, me encantaba y gritaba de placer mientras sentía que me chupaban las tetas. De pronto pasó ...

... algo que nunca en mi vida había experimentado... Mientras Nahuel me daba por la vagina y Fede por el ano, llegó Santi a meter también su verga por mi ano, lo que me hizo explotar en un orgasmo nunca antes experimentado, tenía tres vergas dándome duro por mi vulva y recto, a lo que debía sumarse las vergas que entraban y salían de mi boca.

Finalmente, me puse de rodillas y comencé a recibir la leche de cada uno de los hombres que estaban en completa posesión de mi cuerpo. Cada gota de semen que caía en mi cara y cuerpo me la comí y saboreé como un manjar de los dioses.

Cuando terminamos, Santi que tenía la verga más grande de todas me dijo:

—El boludo de tu tío tenía toda la razón, eres una zorra de tomo y lomo. Hace años que no me topaba con una piba tan re puta —a lo que le contesté que le hacía falta visitar más Santiago pues mis amigas son todas igual de perras que yo.

—Invitálas entonces pues boluda, hagamos de esta noche una joda como ninguna otra.

Acto seguido, estaba llamando a mis 3 perras amigas para que falláramos como locas toda la noche...

Continuará...