1. Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 11ª.


    Fecha: 16/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    Con este capítulo y que con él cual es el penúltimo de esta saga morbo-erótica, por lo que espero la disfruten tanto como yo al irla plasmando, ya que es un deleite en su lectura, misma que yo mismo he disfrutado al irla confeccionando cada parte, con la anuencia de sus autores, de la ¡hermosa chica Angie!, y del buen amigo don Isauro; un servidor cómo escritor de este relato, lo hago propio en todas sus partes de esta candente película de sus vidas y que ellos me obsequiaron, por lo que les pido ¡disfrútenlo, degústenlo y saboréenlo!, es extenso pero exquisito en su lectura! Por lo que le doy la continuación debida, de la manera siguiente: Ahora ya sus vistas llegaban a esa casa que había adquirido con anterioridad, Angie lo visitaba cada tercer día, Brecia y Mirta lo veían desde temprano los domingos, Lety y Andrea a la hora que él quería las mandaba a traer, Rosita “la paletera”, iba de vez en cuando a verlo, y se llevaba sus buenas cogidas, ¡ya que entre ellos se entendían salvajemente!, esa era su espléndida rutina cada semana, ¡sólo él iba los viernes por la noche a la miscelánea!, ya que las nenas Mina y Gris, no podían ir hasta esa casa, ya que eran muy chicas y las expondría a algún peligro sí fueran solitas, pero esa noche que iba para allá, les hacía travesura y media a las chiquillas, ya cuando se retiraban de ahí y caminando acompañadas por él a su casa en el patio de vecindad donde vivían, iban todas adoloridas de sus partecitas de aún niñas, ya que caminaban ...
    ... abriendo sus piernitas y mojando sus entrepiernas de los fluidos de don Isauro, que las llenaba rebosantemente. Como nadie le apoyaba en la limpieza de esa casita que habitaba él solo, pues puso un letrero en la puerta de acceso “solicito apoyo para la limpieza de mi casa”, pues se observaba mejor que “solicito sirvienta”, y pues más de una decena de mujeres desfilaron en un par de días, pero no se decidía por quien contratar, por lo que les decía, que él las llamaría, un sábado pasó por ahí una señora y le ofreció sus servicios de limpieza y demás, a la que le llamó la atención, y pues la contrató, pero sólo que traía dos perras a su lado que siempre la acompañaban, no hubo objeción por parte de Isauro y le dijo que las podría llevar al traspatio, mientras ella hacia sus labores, pero que cuando terminara sus faenas y se retirara se la llevara, y así pasaban los días, en que esa señora le apoyaba, por cierto esa mujer se llama Raquel y sus perras eran, ¡”niurka” y “selena”!, ¡vaya nombres propios de los animalitos!, pasaban las semanas, él ya se había habituado a la presencia de esas perritas, y a las atenciones que Raquel le daba, hasta le hacía de comer, le lavaba su ropa, lo atendía esmeradamente, llegó el momento que compartían los alimentos juntos continuamente, platicaban de cosas triviales sin importancia, hasta que pasaron a intimar acerca de la vida de Raquel, que era dejada por el que fue su concubino por años, y que no tuvieron familia, ya que ella era estéril y no ...
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