La reeducación de Areana (17)
Fecha: 19/02/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... acariciada por Lucía y notó que estaba gozando. Ambas arrodilladas y Lucía besándole el cuello y los hombros mientras su mano derecha hacía de las suyas en la conchita de Areana, para entonces ya mojadísima.
-¿Ves que te conviene ser buenita conmigo, Areana?...
-Sí… ¿Me vas a volver a pegar?...
-No, ya te di bastante por hoy…
-¿Por hoy? –se alarmó la esclavita. –¿Eso quiere decir que…?
-Ahora te voy a coger con ese hermoso juguete que me dio Milena. –dijo Lucía interrumpiéndola y dejando en suspenso la posibilidad de nuevas palizas en algún momento, lo cual inquietó a Areana.
Entonces intervino Milena:
-Bueno, Lucía, quiero acción. –dijo y le alcanzó a la chica el consolador con arnés. Lucía se incorporó y se lo puso, provocando la entusiasta aprobación de Milena.
-¡Qué bien te queda! ¿Lo sentís bien? ¿te gusta, nena?
-¡Me encanta, Mile! ¿Sabés cuánto mide este chiche?
-Sí, dieciocho de largo por tres de ancho.
-¿Escuchaste, Areana? Dieciocho centímetros por tres que te voy a enterrar en el culo. –y lanzó una carcajada hecha de crueldad.
Milena le alcanzó el pote de vaselina y le dijo:
-Tomá, lubricá bien el consolador y ponele también a ella en el agujero. No quiero que se lo rompas.
-Qué… ¿le tenés lástima? –dijo Lucía con cierto tono burlón mientras tomaba el pote.
-Nada de lástima. Es que no queremos que esté un tiempo sin poder atender a las visitas.
Lucía embadurnó la pija artificial con vaselina y luego hizo tender a ...
... Areana boca abajo en el piso:
-Abrite las nalgas. –le ordenó y puso vaselina en el pequeñísimo orificio aprovechando para meter allí parte del dedo medio. Areana dio un respingo y Lucía se burló:
-Eh, nena, ¿tanto escándalo por medio dedo? ¿Cuándo te meta este pijón qué vas a hacer? –y emitió una risita perversa para después dirigirse a Milena:
-Mile, quiero que la mami participe.
-Ya oíste a la chica. Estate lista para hacer lo que se te ordene, puta. –le dijo la asistente a Eva.
-Si, señorita Milena. –murmuró la esclava mirando a su hija en cuatro patas, en posición para el empalamiento, con Lucía arrodillada detrás y sosteniendo el ariete con su mano derecha para dirigirlo despacio hacia el diminuto objetivo hasta apoyarlo y después hacer un poco de presión. Areana se movió, temerosa, y entonces Lucía le pidió a Milena que la mantuviera quieta. La asistente se ubicó a un costado de la esclavita y la aferró por las caderas. Ya así sujeta, Lucía acentuó la presión del consolador que no obstante la vaselina encontraba dificultades para introducirse en tan estrecho sendero.
-Relajate, putita. –dijo Milena. -No te pongas dura. Vamos, relajate.
Las palabras de la asistente distrajeron a Areana y eso lo aprovechó Lucía al ver un tanto más floja a su víctima. Aferró fuertemente la pija artificial y sin miramientos lo metió primero parcialmente y después hasta la base mediante otros dos embates. Areana corcoveó sacudida por un dolor intenso, insoportable, mientras ...