1. Quien pensaría que ese día sería diferente


    Fecha: 20/02/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Para empezar me describo aquí me llamaré Andrés, tengo 38 años, 1.72 de estatura, 70 kilos, cuerpo algo trabajado por el gym, lampiño, dicen que no feo, con una verga de 18cm recta un poco curveada a la derecha, unos huevos de buen tamaño que me cuelgan bastante y un trasero duro y paradito por el ejercicio. Enrique es blanco de 33 años, guapo con cara de macho caliente, 1.75 de estatura, cuerpo de gym ya que es instructor, abdominales definidas, un culo de campeonato totalmente depilado y una buena verga de 16cm pero muy gruesa y curveada a la izquierda y le encanta sentir que un buen macho lo domina. Quien pensaría que ese día sería diferente, llegue como otras tantas veces dispuesto a pasarla lo mejor posible, Enrique salió a recibirme a la calle como se recibe a un amigo, una vez cruzando la puerta que divide de la calle, todo cambia, nos enlazamos en un rico y apasionado beso, como queriendo en ello comernos completos, a la vez que empieza a meter la mano por todas las partes de mi cuerpo llegando a sentir el efecto que ese beso estaba causando en mí. Se hinca y con ansía y desesperación comienza a desabrocharme el pantalón dejando expuesto mi abultado paquete pegando su cara en él queriendo impregnarse de ese olor característico, dando pequeñas mordidas por encima de la ligera tela que me cubre, saboreando el líquido que ya emanaba evidenciando lo caliente que me tenía. Sin esperar más saca mis 18cm, rectos, duros empezando a chupar cual niño a su paleta, acaparando mi ...
    ... glande, saboreando el líquido entre dulce y salado, haciendo que se me ponga más dura a lo cual lo sujete de la cabeza metiendo completamente mi verga hasta llegar a su garganta sin soltarlo haciéndole saber quién era el macho que le iba a hacer que se retorciera de placer. Lo separó del delicioso dulce que esta saboreando, lo levanto y vamos directo a su habitación, lo empiezo a desnudar besando cada parte de su cuerpo deteniéndome en sus axilas, lamiéndolas extasiándome de ese olor a hombre, pasando enseguida a su gruesa verga curveada hacia la izquierda para corresponder a tan placentero acto proporcionado como bienvenida, empezando por unos deliciosos huevos que colgaban llenos de leche acumulada, siguiendo por el grueso tronco dando pequeñas mordidas sabiendo que esto le excitaba de sobremanera y llegando a ese glande que a gritos pedía ser devorado pasando primero mi lengua y poco a poco ir metiendo lo más posible hasta llegar a mi garganta haciéndolo retorcer de placer, sacando ese hermoso falo lo volteó para deleitarme de ese rico culito que se ofrecía ante mi cerradito pidiendo a gritos ser atendido a lo cual empiezo a pasar mi húmeda lengua haciéndolo que se contraiga aún más, chupandolo queriendo entrar a esa cavidad que pedía fuera ocupada por mi verga. Pero ese día algo sería diferente, lo levanto y nos metemos a la regadera, el de espaldas ofreciéndome el delicioso culo que se cargaba pegado a mi verga sintiendo lo duro en la raja de su cerrado culito haciendo ...
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