-
Mi esposa con el curita 2°
Fecha: 21/02/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ya que les comenté anteriormente que soy una mujer muy femenina, que me gusta vestir ropa elegante y sobre todo que se vean muy sexy, con conjuntos de traje sastre con faldas cortas, o minifaldas aun que muchas veces suelo usar pantalones, y sobre todo la ropa interior super sexy, tratando de que sean conjuntos de lencería de color apropiado a la ropa y como me gusta maquillarme muy bien y ponerme perfume muy delicado, pero muy seductor, eso llama mucho la atención. También ya les había contado anteriormente en un primer artículo como unas amigas habían convencido a la puritana de mi esposa a que era una buena obra y digna de toda alabanza el que ella se dejara coger por un curita que la había propuesto ya que en esta forma ella se convertía en una especie de trasmisora de lo se podía al dar placer con su cuerpo para evitar problemas de deserción de algunos curas. Para esto se había formado anteriormente una agrupación que se intitulaba AFAS en que ella podía pertenecer al ser incardinada por ese curita que la había propuesto y que por lo mismo la deseaba. Así se lo propusieron y la convencieron y ella me lo propuso a mí diciéndome que no me costaba nada el aceptar que se la cogiera totalmente y que ella se cuidaría y que en realidad no podía quedar embarazada por estar operada con las trompas atadas. Pero como él no lo sabía estaría muy contento de tenerla así considerando la posibilidad de preñarla. Que hasta ese día ella siempre me había sido fiel y que ...
... deseaba seguir siéndolo para lo cual me pedía mi consentimiento para aceptar el ser cogida por el cura con mi pleno conocimiento y mi total consentimiento. En esta ocasión les contare ahora con más detalle cómo fue esa primera vez que el curita se cogió a mi esposa delante de mí. Por fin después de varias platicas con ella me convenció en que la dejara que se la cogiera pues para entonces creo ella tenía muchas ganas de ser poseída por el curita. Finalmente acepte en que lo hiciera, con la obligación que me diría en unas pláticas diarias todo lo que sintiera y lo que le hiciera. Habíamos quedado en que para cogérsela iría a la casa el día lunes pues en esa forma era mucho más discreto y esa tarde llego a la casa tal como ya habíamos pactado y platicamos unos minutos antes de que finalmente fuera a verme mi esposa que se ve que estaba muy nerviosa pero al mismo tiempo caliente de pensar lo que iba a hacer. Me dijo que consideraba que era preferible que ya pasara a la parte íntima y estuve de acuerdo, por lo que ella nos condujo a una de las recamaras de la casa en que había puesto unas sábanas nuevas de color blanco en donde se iba a entregar a él. Allí comenzó a quitarse la blusa y después siguió con la falda con lo que quedo frente a nosotros simplemente en pantaletas y brasiere de un conjunto que se había comprado especialmente para mostrarse ese día en especial. La vimos así durante unos minutos hasta que finalmente se quitó el brasiere dejándonos ver sus ...