1. El nalgoncito de 11 años


    Fecha: 22/02/2018, Categorías: Gays Autor: natzareno, Fuente: SexoSinTabues

    ... en su boca la mía. Le enseñé el “beso francés” mientras mis dos dedos dilataban su precioso asterisco rosado. La situación era complicada, de pronto me excitó más “saborear su boca a besos” que meter mis dedos en su culito. Nos quedamos así varios minutos, fueron más de diez minutos besándonos mientras mis dedos se metían en su retaguardia. Nuestras babas pasaban de su boca a la mía y de la mía a la suya, un constante traspaso. Santi lo disfrutaba, por momento se le escapaba un leve “mordisco” al cerrar su boca apasionadamente. Casi me arranca un pedazo de lengua. Era excitante, pero debía continuar. Había echado un ojo al reloj de la pared, ya eran las 17hs, él debía regresar a su casa a las 19hs. Separé mi boca de la suya y le dije en el oído que fue el mejor beso que tuve en mi vida. “Gracia, nunca había besado a nadie” me dijo sonriendo mientras tragaba saliva… Esa saliva que no era solo suya, si no la mezcla de los dos. Sentí cómo su cuerpo había entrado en calor, ambos estábamos algo sudados. Pues era verano, y aunque en mi casa tenía aire acondicionado, el calor nuestro y del ambiente nos prendía fuego. Quité mis dedos de su culito, los limpié con la toalla que Santi había usado antes, pues me quedaron con el olor típico de la “actividad…” Pero, ¿era necesario contarles eso?. ¡Sí, con detalles o nada! U. U Lubriqué mi pene que estaba que “palpitaba solo” y me posicioné entre sus piernas, con el pene rozando su huequito. Se veía que mis dedos habían hecho un buen ...
    ... trabajo, pues su huequito se mostraba abierto, como invitando a que pasara lo antes posible… Eso hice, le dije que respire profundo y que mantuviera la respiración, eso ayudaría a que pase más rápido. No esperé más, coloqué mi glande en su hoyo, vi que pasaba sin problemas… Di un empujón con mi cadera, de pronto mi pene de 17cm y 5 de ancho estaba dentro de sus tripitas. Mis huevos golpeaban y sentían el “splash, splash, splash” que se genera al golpetear con otro cuerpo. Sus nalgas eran suaves, mies testículos peludos golpeaban contra ellas y me hacían volar por los cielos. Mi pene entraba y salía, Santi respiraba acelerado, no lloraba; pues lo peor había pasado cuando dilaté su hoyito con mis dedos. “Saplash, splash” mis testículos selváticos golpeteaban constante mente contra ese hermoso trasero lampiño y virgen. Mientras yo, con una mano, recorría su cara y su pecho. Con la otra mano lo masturbaba, a cada rato lo dejaba de masturbar para lamerme mi mano. No me quería perder ningún sabor, Santi ponía carita de dolor. Pero su boca transmitía gemidos y placer. Mis ojos se posaban en la zona pélvica de Santi, con sus 11 años, era una obra de arte. La imagen de su pequeño pene de 10 cm erecto, sus huevos rosados y sin bello, el caminito hasta su hoyo, y su asterisco siendo penetrado por mi pene era magistral. Solo la imagen me estaba por hacer terminarle adentro, yo luchaba por no terminar; pues quería extender el momento hasta donde pueda. Mis testículos ya se habían contraído para ...