1. La psicóloga (1-2)


    Fecha: 23/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... impedía dejar de mirar, y como aun tenía tiempo antes de salir de casa simplemente no pude cerrar las cortinas de mi ventana y permanecí ahí un poco más.
    
    No sé por qué, aun no veía nada, pero ya comenzaba a agradarme. Saber que estaba ahí, espiando sin que nadie lo supiese, me hacía sentir increíble. Aun no lo relacionaba con el sexo, creía que las sensaciones se debían por estar haciéndolo por primera vez, y que pronto pasaría. Pero no dejaba de mirar.
    
    Para ese entonces la chica cambiaba de voz, se notaba que al estar recordando su experiencia las sensaciones que describía le estaban regresando junto con su memoria de la mano de su relato que continuaba.
    
    -Ya había escuchado de gente que le gusta ver a escondidas y que les excitaba eso, pero siempre creí que se trataba de gente enferma o loca. Pero en ese momento se me ocurrió tocarme, así, solo por curiosidad. Pensaba que debía estar loca solo por el hecho de estarlo haciendo, pero de inmediato me sentí diferente, no creí que me fuese a gustar pero lo estaba haciendo y me gustaba. Fue muy extraño, no estaba mirando nada, era solo la calle al amanecer y la luz de la ventana de mis vecinos, pero era muy excitante.
    
    Después alguien apagó aquella luz y solo hasta ese momento regresé de mi viaje. Fue como eso, como un viaje, una experiencia, no sé cómo explicarlo pero me había dejado muy exaltada, no pude tranquilizarme por el resto del día.
    
    Ya se evidenciaba que lo que decía no era mentira y que debió haber ...
    ... sido una experiencia muy intensa pues se le notaba nerviosa, ansiosa e incluso porque no decirlo excitada.
    
    Lo tomé con filosofía y profesionalismo y no hice ningún comentario al respecto. Solo esperaba relajada para que tomara confianza y continuara con su relato.
    
    -Traté de no ponerle mucha atención pero fue inútil. –Continuaba con voz engarzada y esforzándose por contener su ansiedad. –No pude dejar de pensar en ese momento, cada que me asomaba por mi ventana y miraba a casa de mis vecinos. Lo recordaba, e incluso fantaseaba con lo que me había pasado. Pero eso no fue todo.
    
    Un día, pensando en lo que había sentido no pude resistirme y me animé a repetirlo. Desperté temprano para que todo estuviese como aquel día. Pero era muy temprano y nadie había despertado aún. Me asomé a casa de mis vecinos pero no había nada, las luces estaban apagadas. Así que esperé. La ansiedad era insoportable pero estaba decidida.
    
    Más tarde, en una de las tantas veces que me asomaba, por fin vi la luz de la ventana encendida. Fue instantáneo, de inmediato las sensaciones regresaban, mi corazón latía fuertemente, pero esta vez no quería reprimir la experiencia. Ya sabe, experimentar para sacarlo de mi mente.
    
    Seguramente es por la luz del día, pero no es lo mismo espiar en un horario distinto, no me produce las mismas reacciones en mi cuerpo, me refiero al olor de la mañana, el silencio, la luz de la ventana pegando fuertemente en la mía y esa intimidad que produce espiar desde las ...
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