Nadia, Natalia y yo
Fecha: 10/07/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Jessica.velatti, Fuente: SexoSinTabues
Antes que nada nos voy a describir. Natalia era sin duda la que tenía la cara más bonita, de piel blanca y ojos azules, su cabello era negro y siempre brillaba. Era delgada, como de 1,65 metros, ella definitivamente tenía los senos más chicos de las tres, pero el mejor culo. Era copa 36b, lo recuerdo y tenía desde que la conocí los labios más sexys que había visto. Nadia es nieta de rusos, así que ella es una rubia de nacimiento, con tetas grandes y cintura diminuta, está llena de pecas y tiene unas piernas bien torneadas. Tiene ojos verdes oscuro, pasan de lejos como ojos color miel. Los pezones rosados y nariz perfecta. Yo tengo cabello castaño, ojo cafés, mi piel también es clara, pero Nadia era la más pálida, tengo tetas grandes de nacimiento, las más grandes de las tres, soy muy delgada y aunque el culo de Natalia era el mejor, el mío le daba competencia. Las tres nos conocimos cuando abrieron el gym de la colonia, vivíamos en ese entonces en El Campanario, una colonia muy adinerada en una ciudad de México llamada Querétaro. Doy esta información sin miedo a que alguien reconozca la zona o mi historia, porque a estas alturas nada puede hacer que me avergüence de lo que viví. Éramos las hijas de familias ricas y nos paseábamos en nuestra adolescencia como princesas malcriadas. La verdad éramos detestables, engreídas y sobretodo clasistas, pero ¿qué puedes esperar de una adolescente con esa posición social? En fin, a los 16 entramos al gym y comenzamos a coincidir todos ...
... los días a la misma hora por nuestro instructor, solo iba 4 horas a trabajar y estaba de 6 a 10 de la tarde. Ahora no recuerdo su nombre, pero estaba buenísimo. Las tres íbamos más que nada a verlo e intentar que nos viera, nos conocimos y nos hicimos amigas. Cuando descubrimos que el instructor era gay y era novio del dueño del gym fue lo más alucinante de nuestras vidas, pero nos dio el tiempo para dejar de babear y concentrarnos en realmente moldear nuestro cuerpo. A los 17 estábamos buenas y lo sabíamos. En la preparatoria cada una por su lado comenzó a andar de zorra. No lo sabíamos entre nosotras pero cada una comenzaba a forjar su amplia, y de fácil acceso, historia sexual. Yo tuve sexo con ellas por separado, y entre ellas también tuvieron, pero no tuvimos el valor de hacernos eso público hasta una noche, una pijamada supuestamente inocente. Mis padres habían salido de viaje, mis empleados domésticos estaban en su día de descanso. Normalmente hubiera realizado una fiesta, pero en la colonia son muy estrictos con eso, así que simplemente hicimos pijamada. Compramos alcohol y comenzamos a beber, los juegos llegaron a “verdad o reto” y ahí nos salió toda nuestra verdad: supimos que ya aviamos tenido sexo entre nosotras, que andábamos de zorras fáciles y lo que más nos sorprendió fue saber que éramos tan zorras que cada una ya había tenido sexo con los novios de las otras. Sin embargo, en lugar de molestarnos nos dio mucha risa y nos excito. Yo fui la que propuso continuar ...