1. Mi hermano me llamo de la cárcel, lo iban a matar -2


    Fecha: 23/02/2018, Categorías: Confesiones Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    Todo mi cuerpo estaba lleno de electricidad, cada vez que los dedos daban vueltas dentro de mi vagina, nunca mi esposo me había hecho algo así, sentía que flotaba, me mordía los labios para no gemir, sin darme cuenta ya estaba encima de la alfombra, el no perdía el tiempo, y ya me había sacado la falda y mi trusa la estaba bajando.
    
    - no no siga no, no por favor doctor, ah ah ah.
    
    Pero la verdad mi cuerpo no me obedecía y no hacía mucha resistencia para impedir que me desnudara totalmente.
    
    - vamos puta, si a ti también te está gustando, sino no estarías empapadita, ahora si estas lista.
    
    Y sin más se paró y se desvistió, dejándome ver un cuerpo peludo y una verga tan grande como la de mi esposo, pero el doble de gruesa.
    
    - ahora si mi putita ahora te voy hacer lo que no te hace el huevon de tu marido.
    
    Y sin más se tiro encima mío pero puso su cabeza entre mis piernas y en la cara me golpeaba su vergas, me abrazo por la cintura y se dio vuelta, dejándome a mi encima de él, entonces sentí como algo caliente y móvil se metía dentro de mi vagina, era su lengua que se relamía con mi conchita, además frotaba con su cara mal afeitada, toda esa zona, me volvía loca, el placer se expandía de allí a todo mi cuerpo.
    
    - ay ay ay no no no más, no mas déjeme dejemeeeeee...
    
    Entonces me vino una sensación violenta en todo el cuerpo era la primera vez que me ocurría, creo que era lo que mis amigas llamaba orgasmo, era algo como que me explotaba la cabeza, quería más, ...
    ... quería pedirle más, el seguía y seguía.
    
    - puta que rica conchita, ah ah ah, te has venido, perra, me has mojado la cara que rico, ah ah ah ah... ahora si estas lista para lo mejor.
    
    Yo ya no reclamaba, no protestaba, me sentía una perra que quería mas, el me separo las piernas y yo no hice nada por evitarlo, y puso primero una pierna en uno de sus hombros y luego la otra, yo solo lo miraba con una mirada de súplica.
    
    - anda pídeme que te la meta, dime que tu marido es un cachudo, anda dilo puta -mi cuerpo ardía en ganas de que se la metieran, ya no era yo.
    
    - papi mi marido es un cachudo, métemela ya, hazme lo que quieras, pero métemela ya ya.
    
    Al escucharme sonrió, y entonces lo sentí como esa maza de carne entraba en mí, de un solo golpe se deslizo dentro de mi como si yo estuviera aceitada, con mi esposo siempre me había dolido y eso que era mucho más delgada, mi vagina lo recibió con alegría apretándola, y entonces comenzó el mete y saca violento, comenzó a meterla y a sacarla, adentro y afuera una y otra vez yo me volvía loca del placer cada vez que se introducía en mi.
    
    - más mas mas papi, más que rica verga, rómpeme, más mas maaaaa...
    
    Con cada embestida sentía como sus huevos golpeaban mi potito, una y otra vez, por primera vez sentí como mi vagina se contraía cada vez que salía como queriendo impedir que saliera esa carne que tanto placer me daba.
    
    - ah ah ah, que rica concha, que rica concha, que rico me la aprietas, es tan rica como la de tu madre, solo ...
«12»