1. Me quede con el culito de Sofía y el virgo de Julieta.


    Fecha: 24/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... encanto de una buena tranca, y lamiendose los labios, lo que traiciono su condición de mala, me dice, dale andá rápido, no vaya a ser que te resfríes andando en bolas por ahí. Pero no sacaba los ojos de mi tolette. En ese momento sentí que tenía la batalla ganada, y que en algún momento tendría el premio del triunfador. Y sonriendo, mostrando todo el esplendor de mi pija pasé a su lado, con mi pedazo bamboleante, hinchado, cabezón. Preparó el almuerzo, recuerdo unas milanezas con papas fritas, mi plato preferido. No se si estaba equivocado, pero ya Karina me miraba con ojitos chispeantes, como si interiormente tuviera cosas en mente para nosotros. Vinieron a comer con nosotros Sofía y Julieta. Sofía traía un vestidito playero con breteles, sin corpiño como era su costumbre, no se si me parecía solo a mí pero esas tetitas desde que cojíamos seguido, habían crecido y bastante. Sus pezones apuntaban con mucho orgullo hacia el cielo, tensaban la tela del vestidito. A mi se me antojaron enseguida. Ya en la mesa tenía el nabo totalmente enervado. Es más, me dolía de tan parado que lo tenía, y mi short de futbol no ayudaba a encubrir nada. Encima Julieta que estaba sentada al lado mío, con su piernita permanentemente me estaba tocando, en un momento haciéndose la distraída, bajó su mano y por debajo de la mesa me agarra la verga. No alcanzaba a abarcar el grosor de mi tronco, pero le ponía un empeño bárbaro, y disimulando, me empezó a pajear sin tener mucha idea, pero aplicada la ...
    ... nena. Yo me retorcía en la silla. Gracias a Dios, Karina miraba el noticiero mientras comíamos. Sofía se dió cuenta de la situación y comenzó a hacerle señas a Julieta para que parara con los jueguitos. La pendejita estaba obsesionada con mi pija. Pero al fin la soltó y siguió comiendo. Sofía me miraba hechando fuego por esos hermosos ojazos negros. Estaba celosa de su hermana. Ella quería la exclusividad, y yo quería darle verga a todo lo que se pusiera a tiro. Incluìda Karina. Transcurrido el almuerzo, Karina me avisa que se iba al shopping a realizar unas compras, pero como no sabìa cuanto iba a demorar, quería que Sofìa y Julieta se quedaran conmigo. Que aprovecharamos para estar en la pileta, la verdad es que hacía mucho calor. Las pendejas sonrieron y no pusieron ningún reparo a eso. Así es que cuando su madre se fué, nos fuimos a la piscina. Ahí me di cuenta que las pibas no traían traje de baño y de solo pensar en eso se me volvió a empalmar mi badajo. Julieta la más osada y calentona, sin duda, se sacó toda la ropa. Quedó en pelotas al sol, y me regaló la vista completa de ese hermoso cuerpo, su culito relleno y repingón, su conchita carnosa, gordita. Obviamente sus pesoncitos pequeños, ya apuntaban a ser gloriosos. Y se tiró al agua, parecía una sirenita con el pelo largo llegándole hasta sus firmes glúteos. Toda una delicia. Yo ni lerdo ni perezoso, también me saqué el short y quedando en bolas, con la pija a medio parar me metí a la pileta, comenzando a nadar a la ...
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