MIS ÚLTIMAS SATISFACCIONES
Fecha: 01/03/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tengo setenta años, recién cumplidos. Sufro apnea del sueño y tengo miedo a dormir solo. Contraté a una joven, amiga de la familia, Antoñita, se llama, que es una joven rubia, de ojos verdes, grandes pechos y largas piernas, para que vigilase mi sueño. Esto quiere decir que no puede dormir en toda la noche. Me sale en un ojo de la cara, pero, afortunadamente, soy un hombre de posibles.
Este viernes pasado, a altas horas de la madrugada, me desperté, y vi como Antoñita, que se queda en un sillón al lado de la cama, tenía una mano dentro de sus jeans. Es obvio lo que estaba haciendo. La estuve observando un par de minutos, ya que Antoñita, tenía los ojos cerrados. Sentí como se me iba levantando la polla y como acabó morcillona. Cerré los ojos y comencé a masturbarme, hasta que oí a Antoñita, preguntar:
-¿Viste cómo me tocaba?
Abrí los ojos, y le respondí:
-Sí.
-Déjame ver que tienes ahí.
Antoñita, me quitó la sábana de encima.
-¡Jesús, María y José! Pensé que sólo los negros la tenían tan gorda y tan larga. ¿Puedo tocarla?
-Tóca.
Antoñita, la cogió en la mano y comenzó a masturbarla. Antes de comenzar a chuparla, me dijo:
-Esta faena que te voy a hacer merecerá un extra, ¿no?
-Sí, un buen extra.
Me hizo una mamada hasta que me la dejó dura como en mis mejores tiempos. Luego, me dijo:
-¿Te gusta hacer el 69?
-Me encanta.
Se desnudó, muy lentamente. ¡Joder cómo estaba la chavala! Las tetas, de ver lo hermoso que eran, ya se la ...
... levantaban a un muertp. Las caderas eran anchas. El culo, redondo y prieto, y el sexo rasurado daban ganas de comerlo. Si a esto añadimos que era hermosa como un ángel, cualquiera se dará cuenta que me tocara el premio gordo del euromillón,
Me puso su sexo en la boca. Lo saboreé, pues era un manjar. Tenía el clítoris erecto. Se lo empecé lamiendo, muy suavemente. Luego se lo mamé sin parar. Se encogió, y entre gemidos, se corrió. Las gotas de su corrida bajaron por mis mejillas. Después se dio la vuelta. Me besó, y aquel beso me hizo sentir joven de nuevo. Cogió mi polla y se la empezó a meter, con mucha suavidad, pues a pesar de tener el sexo empapado de la corrida que había tenido, lo tenía estrechito. Cuando lo tenía todo dentro, me dijo:
-Esta noche no vas a dormir.
-No se si aguantaré tanto tiempo.
-Tengo una pastillita en el bolso, sin efectos secundarios, que me dijo que ibas a aguantar.
Sumé dos y dos.
-¿Entonces lo de tocarte fue premeditado?
Cambió de tema.
-¿Sabes qué?
-¿Qué?
-Que nunca he hecho sexo anal con una polla tan grande.
-Y conmigo no lo harás. No soy de la acera de enfrente.
Quitó mi polla, empapada, de su sexo y la llevó a la entrada del otro agüjero.
-¡Ni se te ocurra!
Se le ocurrió. La metió hasta la mitad, y luego me dijo:
-Fóllame el culo.
¡Vaya si se lo folle! Se lo follé hasta que se corrió y con ella me corrí yo dentro de su culo. Al acabar, mi polla seguía erecta,
Se la metió en el sexo y comenzó a ...