Induje a mi hermana menor - Relatos Eróticos

Induje a mi hermana menor

Caminaba por la hacienda cuando vi a un negro magnífico bañandose desnudo en la zona de talleres. Era alto, muy fuerte, piel muy oscura. Su sexo se veía enorme y eso me excitó mucho. Me acerqué a él y le dije: Hace calor, ¿me dejarías bañarme contigo? El me miró sorprendido y al verme sonrió, noté como su pene se erectaba y eso me excitó mucho más. Sin esperar empecé a desnudarme. Soy una chica rubia hermosa, descendiente de alemanes, 1.70 de estatura y un bello cuerpo muy bien cuidado por el deporte y comida sana. Me acerqué a él y entonces me abrazó y beso con deseo y lujuria. Poco después gemía ruisodamente y sin control mientras el me poseía con deseo, y tuve no se cuantos orgasmos. Al acabar estaba desfallecida, temblaba, y gemía. Su pene era enorme y sentía que me iba a razgar. Nos hicimos el amor 4 veces seguidas y me volví su amante.

Unos días después Juan vió a Stina, mi hermana menor, de solo 16 años y me preguntó por ella. No se por qué pero le pregunté: ¿Te gustaría gozartela?, aún es virgen. Vi como se encendía y decidí darle un hermoso regalo a mi amante. Le pedí a Stina que se escondiera y me fotografiara con él. Ella lo hizo y esa noche la escuche gimiendo ...

... quedamente. Abrí su cuarto y allí estaba mi bella hermana totalmente desnuda masturbandose. ¿Lo deseas?, le pregunté, y ella me contestó: desde que los ví solo quiero eso, no paro de pensar.

La mañana siguiente llamé a Juan y le dije donde nos veríamos, llevé a Stina a la ducha y la depilé muy bien, le hice pies y manos, y antes de salir la maquillé. Le hice vestir un vestido corto y sandalias sin nada debajo. Al llegar Juan me esperaba. Al ver su sorpresa al verme con mi hermana le dije: Mi vida, Stina tiene virginidad, ¿podrías curarla? y levanté su vestido. Nunca imaginé ver a mi hermanita gemir y jadear de lujuria como una actriz porno. Nonca imaginé verla mamar un huevo con tanto deseo. Juan acabó dentro de ella, no sin antes regalarle 4 magníficos orgasmos. Los dejé solos para que se gozaran sin ninguna represión, y Stina volvió a media noche hecha girapos pero feliz.

Desde ese día ambas compartimos a Juan alternadamente o al mismo tiempo. A los tres meses ambas estábamos embarazadas. Papá casi nos mata y se muere, pero optó por dejarnos con Juan. Poco después mis padres se divorciaron, ahora mi mamá también está embarazada de Juan u otro peón con quien también se acuesta