INFRAGANTI - Relatos Eróticos

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INFRAGANTI……….Autor Mapmaker (ó Erotikat)

Tenía la costumbre que cada vez que llegaba a mi residencia, recorría los alrededores observando cualquier anomalía que se hubiese dado en nuestra ausencia dado que todos los miembros de la familia trabajábamos.

Ocupábamos tres recamaras independientes; una la ocupaba mi esposa (de la cual estaba separado de cuerpo), otra la ocupaba yo y la ultima era ocupada por mi cuñada. Al pasar por la ventana de mi recamara me alertó un ruido que escuche. Me acerqué sigilosamente a la ventana y quedé sorprendido al ver a mi cuñada revisando mis pertenencias.

Se notaba que había salido del baño pues lucía una toalla alrededor de su cuerpo. Me acerque a la entrada principal, introduje las llaves girando los seguros tratando de silenciar cualquier ruido.

Silenciosamente me desplacé hasta mi alcoba y a través de la puerta entreabierta pude observar los movimientos de mi cuñada. Estaba sentada en mi cama con una revista pornográfica en sus manos, la ojeaba mientras deslizaba una mano bajo la toalla acariciándose el sexo; noté como su pecho subía y bajaba producto de la excitación.

Me acerqué por la espalda aprisionándola fuertemente a la vez que apoyaba mi cabeza en la parte trasera de su cuello susurrándole roncamente – así es que te quería agarrar- ella quedó lívida, impactada , petrificada, no atinaba a decir nada, temblaba con los ojos cerrados.

Empujé su cuerpo sobre el lecho y al acostarse la toalla se desprendió mostrando su ...

... desnudez; actué rápidamente sin permitirle reaccionar; estaba acostada en el borde del lecho, las piernas colgadas, tomé sus tobillos flexionando sus piernas dejando su sexo a mi merced.

Me arrodillé frente a su vagina y me lance a acariciar los trémulos labios vaginales, sentí el recogimiento de su cuerpo al contacto de mi lengua con su concha, las contracciones que causaba el paso de mi lengua por los pliegues de su vulva y los gemidos involuntarios que empezaron a salir de su boca….

Implacablemente las caricias continuaban, sentí sus manos en mis cabellos halándome mas hacia su gruta, solté uno de sus tobillos para dirigir mi mano desabrochando mis pantalones para liberar mi pene que cabeceaba dentro de mis boxers. Sus piernas sobre mis espaldas hacían presión para aumentar el contacto de su sexo con mi boca.

Sus manos soltaron mis cabellos para aferrarse a las sabanas tratando de contener las convulsiones que se apoderaron de su cuerpo, sentí un pequeño y rápido chorro de orina que inundó mi boca junto con otros jugos al acometerle el orgasmo.

No podía darle tregua, al sentir su desvanecimiento, bajé mis pantalones e irguiéndome frente a ella me introduje entre sus piernas atravesándo con mi miembro la empapada entrada; la penetré sintiendo los espasmos de su reciente orgasmo, la penetré hasta que mi pubis choco contra el de ella.

Estaba desmadejada y me dejó hacer; le metía el pene hasta el fondo, se lo extraía todo dejándole la abertura entreabierta para ...