Orgía hecha realidad
Fecha: 06/03/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Esta historia le pasó a una amiga hace cosa de dos semanas.
Entre nosotras habíamos hablado de nuestras fantasías sexuales, las típicas cosas que tienes en mente cuando te masturbas, pero que sabes que probablemente nunca realices. Pues bien, hace un par de semanas, como iba diciendo, me contó lo siguiente.
Era martes y había pedido el día libre en el trabajo porque tenía que esperar a que llegasen los de la tienda de muebles con algunas cosas que había comprado. El caso es que estaba allí sola esperando y empezó a ponerse cachonda pensando en guarradas varias (siempre le pasa lo mismo cuando le va a venir la regla, y a mí también) así que empezó a desnudarse y terminó masturbándose. Cuando lo hace le gusta meterse un dedo o dos por el culo, dice que la excita mucho.
La cuestión es que justo cuando estaba corriéndose llaman a la puerta de arriba (ella pensaba que, en el peor de los casos, le daría tiempo a arreglarse, mientras llegaban a su piso desde el portal), lo cual la pilló de sorpresa ya que tenían que haber timbrado en el portal. Se arregló como pudo intentando aparentar que no había pasado nada y fue a abrir la puerta. Cuando lo hizo vió a tres chicos jóvenes, no demasiado guapos, pero con los cuerpos de quienes realizan trabajos físicos duros. Ella aún se sentía acalorada por el orgasmo que acababa de tener, pero empezó a excitarse otra vez al ver a los chicos. Mientras hablaba con ellos no paraban de sucederse imágenes sexuales en su cabeza. Intentaba ...
... concentrarse en otra cosa, pero tenía la líbido a mil por hora y no podía. Empezó a encontrarse incómoda pensando que los chicos podían notar algo.
Dos de ellos bajaron a por más cosas y el otro se quedó arriba recibiendo instrucciones. Ella gesticulaba mucho para explicarle donde quería colocar las cosas, por lo que él debió notar algún olor "extraño" en sus manos. Sin saber muy bien como el chico había cogido la mano que antes había estado en su culo y, después de localizar los dedos utilizados para la penetración anal con la nariz, procedió a introducirlos en la boca y a chuparlos. Ella estaba alucinando, pero, como me contó más tarde "estaba tan salida que no pensaba en nada".
Después de chuparle los dedos comenzó a desabrocharle la camisa y, cuando acabó de hacerlo, se la sacó y la tiró al suelo. Sacó sus tetas del sujetador, dejándolas colgando por encima del mismo y se puso detrás de ella. Metió sus propios dedos en la boca de ella y empezó a frotar los pezones con fuerza, deteniéndose de vez en cuando para pellizcarlos y que se pusieran duros. Mientras hacían eso llegaron los otros dos y se encontraron con el espectáculo. Se miraron con cara de alucinados, pero ella los invitó a participar y no se lo pensaron demasiado. Antes de nada puso una regla: nada de exhibiciones masculinas, ella quería gozar como nunca lo había hecho, tenían que esmerarse. Ellos asintieron, pero ya tenían la polla a punto de reventar.
Se desnudaron en el salon. Ella se había sentado en un ...