1. Aún estoy en shock


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Fui detenido arbitrariamente por 4 policías quienes me llevaron a un penal y me entregaron a unos reclusos. Mi entrada no quedó registrada en ningún lugar.
    
    Allí me llevaron por unos pabellones donde los presos me hacían y decían obsenidades.
    
    Entramos a un área tranquila, allí estaba un preso al que había entrevistado unos días atrás en un trabajo social de la Universidad.
    
    Este me dijo: Hoy vas a ser mi hembrita complaciente, o te entrego a los presos y te capo en la mañana.
    
    Sabía que hablaba en serio. Sus secuaces me llevaron a unas duchas donde me desnudaron completamente y me pusieron crema depilatoria. Depilaron mi cuerpo, me hicieron un enema, dilataron mi ano con un aparato de aire que inflaron dentro de mi, me lubricaron muy bien y me maquillaro, vistieron con ropa femenina ajustada, luego me llevaron con su jefe.
    
    Yo temblaba de miedo, y asco, rogandoles que me dejaran, entonces el preso me dijo: Si no haces todo lo que pido, voy a traer aquí a tu linda hermanita y a tu bella novia, y tal vez a tu mamá. Esto lo dijo señalando sus nombres, teléfonos, donde trabajaban, estudiaban, y las rutas que hacían. Sentí terror. Entonces el hombre me preguntó: ¿Vas a ser complaciente con tu macho? Si, esta bien, pero déjalas quietas. Entonces dijo: Eso depende de ti, y sonriendo me dijo: Tu macho negro quiere que su linda hembrita rubia le de una buena mamada, y descubrió su sexo.
    
    Tomé su pene con mis manos y lo llevé a mi ...
    ... boca satisfaciendo todos sus caprichos. Entonces se desnudo completamente y me desvistió a mi, llevandome a la cama. Allí deslizó su sexo en mi ano y empezó a cogerme con deseo, eyaculando poco después. Mientras se reponía me beso y acarició con ternura sin salir de mi cuerpo, volviendo a montarme poco después. Al acabar beso mi boca con gran deseo largamente, pidiendome que lo mirara a los ojos, mientras me decía lo bello que era. Llamó a uno de sus hombres y le dijo: Ya está preparado. Lo miré asustado y este sacó una jeringa y me inyectó algo y salió. ¿Qué me hiciste, qué es eso? Sonrió y me dijo: continuemos con lo nuestro. Me hizo colocar a horcajadas sobre él y mover mi cuerpo lujuriosamente hasta que acabó. Noté que estaba más sensible y que aquello me excitaba mucho. Esa noche me poseyó 3 veces mas. Al amanecer me vistió con la ropa sensual y me llevó por toda la carcel exhibiendome como su hembra y tocandome sexualmente frente a todos. Por una semana estuve secuestrado allí satisfaciendo los deseos y fantasías sexuales de aquel hombre. Una noche me dijo: Mañana te irás, pero el sábado vendrás a visitarme para la visita conyugal. Cada sábado me inyectaban algo, y cada sábado notaba que lo deseaba más.
    
    Al salir de la carcel me hice su pareja y el me hizo colocar prótesis mamarias, comprendí que me inyectaba hormonas femeninas en altas dosis y pronto extirparan mis testículos, todo con mi venia, pues me enamoré perdidamente de él 
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