Una noche cualquiera - Relatos Eróticos

Una noche cualquiera

Era una noche cualquiera de un fin de semana cualquiera, las 5 de la mañana nos habían dado a Luis y a mí, estábamos reventados sentados en el sofá de la discoteca BOOMM mirando como pasaban las chicas con sus suaves movimientos y su ondulados movimientos.Pero nosotros ya éramos invisibles para ellas, después de una noche de fiesta y alcohol, nuestras caras estaban desechas nuestros cuerpos sudorosos y desaliñados.Luis arto de estar en sentado en este sitio atronador y sintiendo que se quedaba dormido me comento que se iba a casa.Yo sintiendo que la noche de este sábado se me escapaba de las manos y pasaría otra larga semana sin estar cerca de una mujer, llevaba más de 6 meses desde estuve con Isabel, una chica algo gordita con la estuve una noche de lujuria en un oscuro portal del centro, le comente a Luis que me quedaba a terminar la cerveza.Luis desganado y con cara de sueño ni me insistió en que me fuera con él, arto de mis manías, se deslizo tambaleándose hasta la puerta del local y lo perdí de vista.Ahí estaba yo como siempre a última hora, solo, en una sala repleta de gente de fiesta acompañada, pasándoselo bien y eufóricos por el alcohol y las drogas de diseño.Sintiendo que mis parpados se caían, me levante tambaleándome y fui al servicio me lave la cara y me arregle un poco la camiseta.Salí con aires renovados camino a la barra para pedir otra cerveza, ese día en especial la discoteca esta a reventar, era el último fin de semana antes de las fiestas de navidad y ...

... todos los estudiantes habían salido de fiesta antes de dirigirse a sus casas.Llegue a la barra no sin dificultades, pedí mi cerveza, y me dispuse a dar una vuelta por la discoteca en busca de mi presa de esa noche.La verdad es que estaba caliente, sentía el deseo de estar con una mujer, poder besar, sentir el roce de otra persona, y sentir el cuerpo caliente de otra persona.Pero como siempre que me quedaba solo en una noche de fiesta, la gente te miraba raro por ir solo, y las chicas sentían en mi mirada y mis intentos por hablar eran inútiles por mi estado de embriaguez.Así que me dirigí de nuevo hacia los sofás de una esquina de la discoteca donde casi no había nadie, solo una pareja estaba comiéndose los morros y en cuanto me senté a su lado se dispusieron a marcharse.Después de haber pedido una cerveza no iba a tirarla así que me dispuse a saborearla mientras disfrutaba del paso de las chicas hacia el servicio.No sé el tiempo que estuve allí, lo único que sé es que caí en un profundo sueño producido por el alcohol y el cansancio después de un buen partido de futbol con los amigos esa misma tarde; lo único que sé es que me desperté y alado mío había una preciosa chica de piel canela, pelo largo moreno, preciosos senos perfectos para mi gusto pues eran tersos y tiesos y un cuerpo de infarto ya que llevaba un precio top azul marino apretadísimo y una minúscula minifalda.Por sus ojos almendrados supe que era oriental o tailandesa o indonesia pensé yo para mí.Al mirarla ella me ...