La apuesta de Carolina (primera parte)
Fecha: 11/03/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos
... unos minutos, hasta que se dio cuenta de que aún debía encontrar el consolador.
—¡Madre mía...! vamos a por ello, a quitármelo de en medio cuanto antes. —pensó mientras salía de la tienda decidida a ir al sex-shop, con las bolsas de la compra, en ambas manos, tardó poco en llegar al sex-shop, tenía claro donde estaba el más grande que conocía en la ciudad, pasó un rato observando cosas en general, divirtiéndose imaginando los usos de todo aquello, aguantando la risa que le producía lo que veía y los nervios, miró un montón de consoladores de goma, opacos y transparentes, con estrías, con ventosa, con modos de vibración, en diferentes materiales, de repente encontrar el vestido se le antojo sencillo y se echó a reír, miraba de soslayo a la chica del sex-shop, no había nadie más en la tienda. —por favor que no venga a decirme nada... —Carolina se empezó a poner nerviosa, y más aún cuando un hombre entró en la tienda a comprar, y estuvo mucho rato dando vueltas y buscando antes de preguntar a la chica, que esperaba tras el mostrado muy discretamente, Carolina volvió a su búsqueda, tenía que ser un consolador que simulara un pene, había varios, debía tener ventosa, lo tenía, si tenía modo vibración mejor aún, lo había, de hecho dos encajaban en la descripción y en el escaparate había un cartel indicando que en el almacén tenían más modelos y tamaños, los del escaparate tenían tamaños normales muy parecidos, uno era como el pene de Roberto, que a ella siempre le había ...
... parecido grande, Carolina solo se había acostado con tres hombres, también tonteó de niña con una amiga que finalmente se cambió de acera, había disfrutado la experiencia pero no la recordaba como algo increíble, Roberto tenía el miembro más grande que ella probó, el otro era un poco más ancho y más largo, se sentía obligada a escoger ese por el mandato de Roberto, esperó a que aquel hombre se fuera y se acercó a la dependienta, le pidió el consolador que había escogido, y, como carolina esperaba, la chica de la tienda le ofreció enseñarle otros, le explicó que había más tamaños y modelos, pero Carolina lo esperaba y salió de la situación con presteza, —Es que es un regalo, no es para mí, me han encargado ese en concreto. —La chica de la tienda que aparentaba unos diez años más que Carolina la miró extrañada y con una media sonrisa que no pudo disimular, más que, dando media vuelta y cogiendo algo de un cajón —Seguro que con la suerte que tengo lleva en el escaparate desde esta mañana. —Pensó Carolina para sus adentros, la paranoia comenzó a avergonzarla, pero rápidamente la dependienta le trajo a Carol un consolador de la trastienda, venía en caja y le ofreció envolverlo para regalo, con una sonrisa pícara, son dos euros más, Carolina mantuvo su mentira, de todos modos, la caja era grande y no quería que nadie pudiera ver lo que llevaba en su bolsa de la compra. —Si por favor, que suerte que me lo envuelvas, ya me quedaba sin tiempo para ir a por papel de regalo. —salió de allí ...