1. Juegos entre primos 1


    Fecha: 15/03/2018, Categorías: Incesto Autor: JSV0410, Fuente: SexoSinTabues

    Saludos, mientras voy esperando para quedar con mi sobrinita otra vez, les contaré un dulce recuerdo que tengo de mi infancia con un primo un par de años menor que yo; por aquel entonces teníamos 11 y 9 años respectivamente y empezábamos a descubrir nuestros cuerpos. Este relato se sitúa en la casa de campo de mis tíos, a unos 20 minutos de la ciudad y dónde me quedé una noche a hacer de niñero de mi primo mientras la familia se acercó al pueblo para ir de fiesta. Todo empezó un día cualquiera de las vacaciones de verano, fuimos al campo de mis tíos a pasar el fin de semana; por la mañana como es costumbre, fuimos a la piscina de la casa mi primo y yo juntos, llegamos los primeros ya que casi todos dormían aún. Nos desnudamos hasta quedar con bañador y mi primo me preguntó porque tenía mi pene tan grande, fue cuando me fijé que aún tenía mi erección matutina y le contesté con total naturalidad que siempre estaba así por las mañanas. Él se acercó a mi y se bajó su bañador, mostrándome su pene y bajó también mi bañador, poniendo su pene al lado del mío para compararlos. El mío era un centímetro y algo más grande, yo aún no había empezado a desarrollarme; acto seguido, el cogió ambos penes con una mano y me dijo: “Son muy parecidos, primito, aunque el tuyo es más gordito (ancho) y tus bolitas son más grandes” – decía mientras movía ambos penes con su mano y yo con la otra agarré nuestros huevos para compararlos. “¿Te gusta jugar con ellos?, porque ahora que los has agarrado, ...
    ... veo que se nos han empinado a los dos y aun así no las sueltas. (empinar es como decimos de pequeños que se nos pone dura)- dije mientras seguía sobando nuestras pelotitas. “Sí, antes de vacaciones tuvimos una charla sobre el sexo en clase y nos enseñaron que los nenes más grandes que nosotros la tienen más grande, también nos dieron condones y nos enseñaron para que sirven, aunque no me quedó claro como se ponen. ¿Tu que eres mayor, me enseñarías?” – mientras decía eso, noté que hacía un movimiento de cascarla con nuestros pequeños rabos, yo me calenté y decidido a abusar de la situación le dije que cuando nuestros padres fueran al pueblo, jugaríamos y le enseñaría. Acto seguido, nos dirigimos al agua con los bañadores en la mano y nuestros pitos al aire, no vimos nada malo en jugar así. Estuvimos bastante rato jugando así, llegamos a jugar a luchas, dónde le pude restregar todo mi aparato por su culito bien durito y redondeado de crío de 9 años. Entonces decidimos tumbarnos un rato al sol y echarnos una siesta. Nos pusimos los bañadores aún con una erección los dos, nos estiramos panza abajo y nos dormimos. Al rato, oigo unos ruidos y despertándome poco a poco veo a mi madre mirándome y diciéndome algo, después de despertarme bien, mi madre me volvió a hablar y me dijo que se iban todos al pueblo, que si quería ir o me quería quedar. Como es obvio, le dije que quería quedarme, que no me interesaba ir al pueblo a ver como ellos se lo pasaban bien y yo me moría de aburrimiento ...
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