La Historia de Lena (Parte 2) - Relatos Eróticos

La Historia de Lena (Parte 2)

... cuenta… disfruto mucho meterles mano impunemente…Bueno, hay que reconocerles que ellos también son expertos en la venganza correspondiente.Pero amigos, mejor regresemos al desvirgue vaginal… No lo describiré en detalle porque fue similar a lo que le pasó a mi culito, solamente que tuvimos mayores cuidados o prevenciones para evitar “accidentes” o “sorpresas”.Como antes y para comodidad mía el Hugo fue el iniciador, pero ya saben ustedes que Pedro participaba con igual entusiasmo y entrega… la verdad, los tres fuimos bien calientes!!!Toda nuestra adolescencia y en los inicios de la juventud disfrutamos juntos los placeres sexuales… Pienso que esa condición influyó para que nos lleváramos bien, los enojos o desencuentros fueron pocos…Me trataron con respeto y cariño, realmente me cuidaban y hasta me consentían.Cuando enfermaba ellos me atendían con especialidad, por su propia iniciativa se turnaban para atenderme. Mi madre no tenía que m*****arse en cuidarme… Solamente hacía gestos irónicos al ver tantos cariños hacia mí… alguna vez entre bromas y reclamos me decía algo así: Claro, se esmeran porque saben que serán premiados.Lena te quiero mucho, pero hija, definitivamente no puedo negar que tú eres bien puta, jajajajaja…y estos dos parecen tus lacayos…Y tú, madre mía tienes uno… y suficiente… pobre de mí que necesito dos, jajajajajaja…Ellos llevaban control de mi proceso ovulatorio, conocían casi ...

... perfectamente las fechas de mi periodo menstrual.Yo me cuidaba, y ellos más, además de tenerme cariño, a nuestro padre le tenían mucho respeto… siempre fuimos cuidadosos y considero que nos fue bien… mucho sexo, morboso, placentero y adictivo… Pero muchas veces divertido…Yo disfrutaba bastante burlándome de ellos. En algunas ocasiones uno de ellos acompañaba a nuestros padres a determinadas diligencias… el otro y yo nos quedábamos solos en casa, entonces nos burlábamos del que se iba… sin que se dieran cuenta nuestros padres y delante de él, yo metía mi mano entre los pantalones de mi acompañante, le sobaba la verga y simulaba pajearlo… con gestos le dábamos a entender lo que se perdería por irse con sus papás… mi acompañante me sobaba el culo o las tetas…Al otro pobre no le quedaba más que insultarnos con gestos… nosotros nos reíamos con malicia y placer…Pero, cuando los dos se iban con mamá y yo me quedaba sola con mi padre, ellos se sacaban la verga y procazmente me la enseñaban… y burlonamente me invitaban a comérselas… entonces yo los insultaba… ellos se desternillaban de la risa y se iban…Entre mi madre y ellos siempre existió un silencio extraño respecto a nuestras relaciones sexuales… Ella nunca los riñó frontalmente y ellos siempre guardaron el mayor de los respetos hacia ella… siempre se cuidaban de que ella los viera en algún acto “ilícito”…Pero una vez sí fue inevitable…(Sigue parte 3)