Mi tia hizo de mi una travest. La adoro III - Relatos Eróticos

Mi tia hizo de mi una travest. La adoro III

Cuando tia regreso de su llamado urgente del trabajo su amante ocasional y yo estábamos vestidos informalmente para almorzar chatarra. El con un pantalón deportivo y una polo y yo con un short minúsculo de lycra que me ajustaba y se me veian las pompis preciosas y para arriba una camiseta musculosa pequeñita que me quedaba un poco grande no obstante ser talla S, lo que hacía que siempre uno de los tirantes estuviese flojo dejando ver uno ( indistintamente ) de mis rosados pezoncitos. Almorzamos los 3 como si nada hubiese ocurrido y cuando el fulano ese hubo de retirarse, quedamos mi tia y yo solos (as) y aproveche de contarle con lujo de detalles las cosas que el me hizo, las sensaciones que vivi y los placeres que inconcientemente ya proyectaba para mi futuro. Tia se acostó sobre su enorme cama King y sacándose parte de su ropa de trabajo corporativa, quedó solo en interiores. Una bombacha de encaje negra por la cual se asomaban parte de sus glúteos y un sostén que le hacía juego y que dejaba la mitad de sus bellas, turgentes y envidiables tetotas ( para mi ) fuera de la prenda. Se tendió de espaldas y yo me acode sobre su vientre y le fui relatando cada cosa y cada paso de las experiencias ya vividas. A medida que relataba el como yo había sido dedeado (a), de como se me había practicado un delicioso anilingus y de los dos orgasmos que había vivido, tía comenzó a respirar en forma mas profunda y entrecortada, lo que mas adentante en la vida yo entendería como el inicio del ...

... "calentamiento" de una hembra. Comenzó a jugar con mis largos cabellos rubios entrelazándolos con sus dedos y rascando suavemente el cuero cabelludo con sus largas y bien cuidadas uñas. bajo sus manos a mis hombritos y comenzó a acariciarlos en forma deliciosa. De allí pasó a mi espaldita, la que fue arañando en forma suave y delicada apenas con las puntas de sus uñas y, aprovechando lo holgado de mi camiseta, me acomodó sobre la cama y metió su brazo completamente por mi suave lomo alcanzando el inicio de mis nalguitas. Era la primera vez que me hacía algo así. Yo me sentía dichoso (a) Me acarició completamente espalda, bracitos, pecho, tetillas, vientre y en un momento me dijo con tono muy imperativo " ya, sácate todo para que pruebes lo que te compre". Yo eufórico (a) y sin pudor alguno me desnudé completamente pero, no obstante que era mi sangre con la que compartía esa cama, algo me dijo que debía taparme mi pecho dejando solo parte de mis rosadas y duritas tetillas asomadas tímidamente por entre los dedos de una mano. Lo que no oculté fue mi pequeño e inútil penecito no obstante que doblé una de mis piernitas, adoptando una pose de pintura clásica; casi virginal. Tia se incorporó de la cama y escarbando entre unas bolsas de compras de tiendas de marca con las que había regresado del trabajo, me exhibió un diminuto bikini color marrón , unas medias del mismo color con ligas blancas y unos guantes ajustadísimos con los que se completaba esa erótica vestimenta. Yo estaba ...