El maestro de obras
Fecha: 20/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: mamacitahot, Fuente: CuentoRelatos
Hola, pues iniciaré este relato sin tantos preámbulos. Pues resulta que somos un matrimonio yo cuento con 35 años y mi esposo un poco mayor que yo; pues para comenzar debo decirles que ya tiene casi 9 meses que estamos construyendo nuestra casa, por lo que han desfilado albañiles por todos lados durante ese tiempo, pero a mí me ha llegado a atraer el maestro de la obra, no es que sea guapo, ni mucho menos, pero tiene algo que me llama la atención; como somos un matrimonio maduro en ideas, y fantaseamos en el sexo, le he llegado a comentar a mi esposo esa atracción que tengo hacia ese maestro de obra.
Cada vez que le comento a mi esposo él se excita mucho con la idea de que yo pueda tener sexo con él, me ha aconsejado de mil maneras la forma de podérmelo ligar y tener por lo menos un buen faje con él, aunque eso de podérmelo ligar es un decir, pues intuyo que le atraigo por algunos piropos y comentarios aislados que él me ha dicho cuando llegamos a platicar, pero a mí me da mucha pena de lo que él pudiera pensar de mí, aunque he de confesar que la idea de podérmelo tirar no me desagrada en lo más mínimo.
Si uno de los consejos que mi marido me ha dicho es que mis pantaletitas (que generalmente son transparentes) las cuelgue en la azotea donde él está laborando completamente extendidas como se colgaría cualquier calzón, pero me da mucha pena, pero mi marido dice que eso les excita mucho a los hombres, poder contemplar a placer la lencería de una mujer. La cosa es un ...
... tanto excitante, pues casi siempre estoy sola con el maestro en la casa, pues a la fecha sólo está trabajando él y no hay más albañiles, mi marido siempre está en el trabajo y sólo llega a comer y a la hora de la cena, así que tengo el tiempo suficiente para poder tener algo con el maestro, y ya hasta mi marido me dio su consentimiento para poder coger con él sin ningún problema de que mi marido se enoje, eso es algo que le pone un poco de más cachondería al asunto, ya con permiso, y yo con mis temores, jajaja, qué ironía, ¿verdad?
Bueno, pues resulta que un sábado mi marido invitó al maestro de la obra para dialogar algunos puntos que debían ser considerados para que la construcción de nuestra casa se hiciera de la mejor manera, así que el maestro llegó un sábado por la noche a eso de las 10:00 pm. Lo hicimos pasar, pues a mí me interesaba escuchar los puntos a los que se llegaban del acuerdo sobre la obra; así estuvimos dialogando por espacio de media hora, cuando mi marido nos invitó un trago de tequila, a los que todos sin reprochar aceptamos muy gustosos. Después de acordar todos los puntos, seguimos con charlas triviales, y cada vez más copitas de tequila. A medida que pasaba la noche la charla se hacía más amena, y mi esposo ya estaba demostrando que ya le estaban haciendo efecto los tequilas, en cambio al maestro no se le notaba tanto, yo no había tomado tantos tragos como ellos, pero si lo suficiente como para sentirme bastante animada, durante la conversación ...