1. En la discoteca


    Fecha: 13/07/2017, Categorías: Hardcore, Voyerismo Autor: veronika79, Fuente: xHamster

    ... te iba a dar? Mi silencio fue la respuesta que quería oír. - Vale... pues te quedas conmigo, bonito... Esta noche vas a ver cómo me follan... Y te lo vas a tragar entero... Te vas a enterar lo que se siente cuando te ponen los cuernos... Vas a aprender a no follar con otra mujer en tu vida. Se tomó la copa casi de un trago. El juego cada vez tenía peor color. - Venga, vámonos a aquella mesa... Naturalmente me presentó como su marido... Los dos hombres sonrieron con una irónica mueca burlona. "Carnudo, apaleado y encima consentidor". ¡Buena tarjeta de presentación!, pensé. Se colocó al lado del gorila. Él puso la mano por encima del hombro y la dejó caer en medio de los pechos. Se me quedó mirando desafiante. Disimuladamente, le tocó un poco por encima de la camiseta, pero al ver que no decía nada, rápido metió la mano por dentro. Ostensiblemente le acarició primero uno y luego, cuando se cansó, cambió de pecho. Descaradamente le estaba sobando las tetas en mis narices… Con sonrisa de triunfador, levantó la copa invitándome a brindar... Ella levantó también la suya, mirándome con ojos de venganza. Como era de suponer, con tanto manoseo los tirantes duraron poco sobre los hombros. La tela cayó por su peso y a penas la cubría los senos. No se m*****aba ni en remangarse la blusa. Llegó un momento en que, más que escote, las tenía completamente fuera... La tela estaba por debajo de sus pezones y casi ni la tapaba la base de sus pechos... Y para colmo, sus pezones estaban más ...
    ... puntiagudos que antes. La conversación cada vez era más obscena, y constantemente estaba dirigida al tamaño de sus pechos y a lo que harían con ellos. Ella no decía nada, pero les reía todas sus gracias. El otro se levantó a por más copas. Al volver se quiso poner a su lado, y tuve que dejarle. Me lo ordenó ella con un despectivo "quita de aquí..., que ya te tengo muy visto"... A la segunda copa ya sin contemplaciones ni disimulos, cada uno por un lado, se las sacaban de la blusa y las manoseaban delante de mí. Jugaban con sus pezones, se los retorcían, se los estiraban... La hacían botar los pechos. Se los estrujaban y tocaban de mil formas. Ella se dejaba sobar y no le importaba que sus tetas estuvieran más tiempo fuera de la blusa que adentro... El camarero vino a mesa a recoger las copas. Nadie se las tapó. Ni siquiera disimularon. No la importó la lujuriosa mirada que la lanzó. Ninguno de los dos se cortaba ni en sobarla ni en hablar con ella como si fuera una puta cualquiera. A bocajarro la preguntaron por el color de las bragas. Ella contestó que la gustaban las braguitas blancas y muy coquetas, cuanto más pequeñas mejor. Le preguntaron si se atrevía a enseñárselas, y ella respondió que no podía..., simplemente porque no las llevaba puestas. Casi me atraganto. "¿Pero cuando se las ha quitado?" -me preguntaba-. Fingieron teatralmente que no la creían. Mintiendo, les explicó que no solía ponérselas cuando llevaba ligueros... y para demostrárselo, se levantó y se remangó un ...
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