1. Mi amigo Darío


    Fecha: 25/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Con el tiempo se empezó a quedar en mi casa para fumar hierba con mi hermano y estudiar. En las mañanas se duchaba y dejaba su ropa interior en el baño (mojada en la ducha). Cuando entraba a bañarme y encontraba su bóxer no podía evitar no evitarme, tocar su ropa, llevármela a la boca y masturbarme con un dedo en mi ano para sentir la fantasía de estar con Darío. Esta situación se repitió varias veces. Un día, sin embargo, olvidé dejar la puerta del baño cerrada. Me masturbaba con el bóxer de darío en mi boca, sintiendo como el agua caía por mi cuerpo. En un momento, cuando abrí los ojos vi la figura de Darío que me miraba al lado de la ducha un tanto sorprendido. Me incorporé asustado, tiré el bóxer y me puse rojo de vergüenza: - No es lo que piensas - dije. - No te detengas - me dijo. Me tomó de la mano y me llevó hacia él; un beso me calló. Comenzó a besarme y acariciarme. Se quitó la ropa, mirándome con complicidad. Yo no atinaba a nada. Sentía una electricidad en el estómago. Se metió a la ducha y me susurró: - No necesitas decir nada ahora, sólo tienes que sentir - y me volvió a besar. Era musculoso y marcado. Su pene estaba erecto y era muy grande. Me acostó en la bañera mientras el agua tibia caía por su espalda y, en mi caso, me daba en mi pecho suavemente. Levantó mis piernas y comenzó a mover su lengua al interior de mi ano. - ¡Darío para!¡Nos puede pillar mi hermano!- dije evitado y al mismo tiempo con miedo. Pareció no escucharme y sin detenerse movía suavemente ...
    ... su lengua, oscilándola por mi orificio. Me levantó y me llevó a su miembro. - ¿Te gusta? Es para ti. ¿Lo quieres? - dijo sonriendo. Me llevé el instrumento a la boca. Era viril, carnoso, bello y duro. Suavemente entraba y salía. Lo miraba y en ocasiones me ahogaba cuando la embestida era muy profunda. Echó su cabeza hacia atrás. - ¡Me voy man! ¡Estoy caliente! - y un tibio líquido salió disparado por su verga dentro de mi boca. No me lo tragué, pero no por arco, sino porque me calentaba la idea de mantener su jugo dentro de mi boca. El líquido comenzó a caer por mis labios, mientras enjuagaba mi lengua con el agua de la ducha. Me giró un poco brusco. - Va penetrarme - pensé asombrado, creyendo que al haberse ido, ya no seguiría aprovechando el momento. - ¡Espera, por favor!, ¡Me va a doler! - le hablé algo asustado. - No te haría daño bebé, seré suave- y entró en mí, sin violencia, suavemente. Primero lo hizo lentamente. Se quedó sin moverse. Me miró: -"¿Todo bien?"- y sonrió. Se movía armoniosamente. Su miembro entraba y salía de mi ano. En ocasiones, colocaba la mano bajo mis nalgas para sentir su verga penetrándome. Agarré mi pene y, sin ya poder contenerme, me fui, sujetando mi semen en la mano para no mancharlo. Cuando dejé de gemir, él se detuvo. Se levantó y me volvió a dar un beso. Tomó la toalla. No me miró mientras se secaba. Paré la ducha y él se vestía. No se dio vuelta. Solo salió del baño sin decir una palabra. No quise salir hasta que no escuché el sonido de la ...
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