1. En manos de tía Julia


    Fecha: 25/03/2018, Categorías: Fetichismo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    -Qué linda nena sos… -solía decirme y yo me ofuscaba:
    
    -¡No soy ninguna nena!...
    
    -Ay, Jorgito, mirate… -insistía ella… -Tenés la carita de una nena, el culito de una nena, la cinturita de una nena, las piernas de una nena ¿y decís que no sos una nena?...
    
    De pronto las cosas se desencadenaron dramáticamente cuando papá y mamá murieron en un accidente en la ruta cuando iban a Mar del Plata de vacaciones…
    
    En el entierro, ante muy pocas personas compañeras de trabajo de papá, porque no tenemos familia, salvo ella, me cayó encima sin perder tiempo…
    
    Me agarró de un brazo y me dijo mientras íbamos hacia la salida del cementerio:
    
    -Bueno,Jorgito, te venís a casa a vivir conmigo…
    
    -Ay, tía, no sé…
    
    -No importa lo que sepas o no sepas, querido… Entendé esto, Jorgito, sos un chico de dieciocho añitos, estás por terminar la escuela secundaria, no trabajás, ¿cómo creés que vas a mantenerte?...
    
    -Y, no sé, tía, voy a buscar un trabajo…
    
    -¡No seas ridículo! No se hable más, nene, te venís a casa y punto, ¿entendido?
    
    Su tono severo me intimidó y no tuve fuerzas para resistirme… Sentí que las cosas se me facilitarían, aunque de pronto recordé sus toqueteos y que decía que yo era una nena y entonces me dio miedo, pero no tenía vuelta atrás…
    
    Desde el cementerio fuimos a casa, puse mi ropa en una valija y tía Julia llamó por teléfono al dueño, don Ernesto, le contó lo ocurrido y quedaron en que ella se ocuparía de dejar la casa libre en una semana…
    
    Cuando ...
    ... llegamos a casa de tía Julia me encontré con que había un señor mayor, de unos sesenta años, y eso me inquietó todavía más…
    
    -Bueno, Aldo, acá tenemos al nene… -anunció tía Julia y el tal Aldo se nos acercó mientras me miraba de arriba abajo…
    
    -¿Qué te parece? –le preguntó tía Julia…
    
    -Mmmhhhh, es más lindo de lo que me imaginé…
    
    -¿Viste?... ¿No es casi una nena?...
    
    -¡Ay, tía! ¿¡qué… qué pasa?!...
    
    -Tranquilo, Jorgito, no hagas un escándalo…
    
    -¡No, tía Julia! ¡No quiero!... –exclamé al imaginar lo que me esperaba…
    
    Fue entonces que tía Julia me sujetó los brazos en la espalda y el hombre fue acercando su carota…
    
    -Dame un besito, linda…
    
    -¡Déjenme! ¡Por favor, déjenme!... supliqué desesperado…
    
    -Oíme, Julia, supongo que nadie sabe que lo tenemos acá, ¿cierto?...
    
    -Tranquilo, Aldo…
    
    -Bueno, Jorgito, ¿te vas a portar bien o tenemos que amansarte?... me amenazó Aldo…
    
    -No quiero que me hagan nada… -murmuré al borde del llanto mientras el sátiro refregaba su verga ya dura contra mis muslos…
    
    -Ay, Jorgito, ¿creés que nos importa lo que quieras o no?... –se burló tía Julia… -Oíme, tontito, nadie sabe que te tenemos acá… Así que o sos buenito o lo vas pasar muy mal, ¿soy claro?... –agregó Aldo…
    
    -Bueno, bsta de charla, nene, ¿te desnudás o querés que te desnudemos nosotros?... –dijo tía Julia y me puse a llorar, incapaz de aguantar tanta dolorosa tensión…
    
    -¡Ay, llora la mariquita!... se burló Aldo mientras tía Julia, después de darme dos fuertes ...
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