Rompiendo culos y platos - Relatos Eróticos

Rompiendo culos y platos

ROMPIENDO CULOS Y PLATOS

Una de las maneras de perder la virginidad poco frecuente….

Esto es un relato basado en hechos reales de mi vida.

Yo tenia 15 años, no os lo he dicho antes pero me llamo Raúl pero todos me llamaban chirla, todo se debía a mi obsesión por perder la virginidad y también a consecuencia de amigos que les molaba pasarse entre ellos.

(7:30am, suena el despertador)

-joder otro día ojala lleguen pronto las vacaciones de navidad.

En ese momento sube mi madre diciéndome:

-Esta tarde te quedas en el comedor que yo tengo cosas que hacer.

A mi no me hacia mucho la idea de ir al comedor pensar que eran 2 o 3 oras mas de tiempo libre jodido.

Llegue al instituto y allí en la puerta estaba esperándome mi novia estaba deslumbrante: 1,80cm, tenia unas tetas que se acoplaban perfectamente a tus manos, un culito respingón y aun se apreciaba mejor llevando uniforme de colegiala…, era rubia y de rasgos muy bien definidos.

Era la típica chica reservada que quería seguir siendo virgen y eso no me hacia tanta gracia.

Vino corriendo hacia mi y me dio un morreo con lengua de esos que te quedas con cara de tonto, y cuando le voy a meter la mano por debajo de la falda pero la parte delantera:

-lo siento Raúl es demasiado pronto

-y cuando llegara el momento? Entiéndeme ser virgen para las tías esta bien porque seguís puras y todo ese rollo pero para los tíos la virginidad es algo con lo que se tiene que acabar lo mas pronto posible.

-lo se ...

... solo que no estoy preparada

Sonó la sirena del instituto declarando el final de la discusión.

Entramos mis compañeros y yo en clase para dar matemáticas, la asignatura no es para nada interesante el único toque de interés que yo destacaba entre mis compañeros y yo era el de la profesora imaginaros:

1,78cm, pelo castaño, unos 22 años, unas tetas considerables, y una cintura seguida de un pandero que al agacharse a coger algo yo intentaba rápidamente poner alguna excusa para restregar mi miembro sobre su culo,

Ella se giraba, a día de hoy se que se daba cuenta de lo que yo pretendía hacer pero no recuerdo haber tenido ninguna bronca por hacer esos acercamientos.

Una vez incluso cuando se agacho cerca de la mesa le di un golpe en seco con el miembro poniendo la excusa de dejar el trabajo encima de la mesa pasándolo por encima de ella de tal manera que era muy parecida a la postura del perro, Y ella solo me miraba y doblaba las mejillas.

Para consultarle alguna duda me levantaba de mi sitio iba hacia su pupitre y le preguntaba, mientras explicaba yo me disponía a mirarle las tetas por encima del hombro, se le veían voluminosas con sujetador blanco y un canalete que era para meterle mano en ese mismo instante.

Entre tonterías seguidas de dos clases mas llego la ora del patio eso si que era un buffet libre de hembras mas buenas que el pan, chicas que se les asomaba el tanga de tal manera que podías estirárselo casi, insinuaciones que te ponían a cien… pero yo ...