Descubriendo el sexo (capitulos 4 a 6) - Relatos Eróticos

Descubriendo el sexo (capitulos 4 a 6)

... Pues no lo haces nada mal.

- Gracias, tú tampoco.

- Oye, tú vas a ir esta tarde al campo de fútbol.

- Puede ser, hace tiempo que no voy, tú vas a ir.

- Sí, vamos a ir todos, yo, Mandy, Omar, Pedro, Carlos…

- ¿Y Jesús?

- En teoría sí, pero ya sabes como es.

- Sí, sí, lo conozco.

Terminamos de desayunar, cogió sus cosas y se fue. Por la tarde recibí una llamada de Omar.

- ¿Vas a ir con nosotros al campo?

- Sí, ¿Cuándo van a ir ustedes?

- Ahora, te esperamos en la esquina de mi casa.

- Vale, en cinco minutos estoy.

CAPITULO 6:

Allí estaban esperando Omar y Mandy. Por el camino, me empezaron a hacer preguntas.

- ¿Al final se quedó Gabriel contigo anoche? –preguntó Mandy-.

- Sí

- ¿Y qué hicieron?

- Nada interesante, nos dimos un baño en la piscina y luego nos fuimos a dormir.

- Ahhh, vale. Mira, ¿vas a ir mañana al campamento?

- Creo que sí, ¿pero cuándo nos venimos?

- Salimos mañana a las 11 para volver el lunes por la tarde –respondió Omar-.

- Hay que aprovechar que el lunes no hay clases –dijo Mandy-.

- Sí -dije yo-.

Llegamos al campo donde nos esperaban todos, incluso Jesús.

- Casi no llegan, vamos a cambiarnos –dijo Pedro-.

Me acerqué a Gabriel y le dije:

- Vas a ir mañana al campamento.

- Sí, ¿tú?

- Sí.

- Ok.

Llegamos al vestuario, donde otra vez pude disfrutar de ...

... los paquetes de mis amigos. Jugamos al fútbol un rato y luego volvimos al vestuario. Otra vez a mirar paquetes.

Fuimos yéndonos a casa. A mitad de camino, Omar se dio cuenta de que se olvidaba la muda. Decidimos acompañarle a cogerlo. Entramos al vestuario y oímos a alguien duchándose. Fuimos a ver quién era y nos encontramos nada más ni nada menos que a Jesús masturbándose bajo el grifo. Lo primero que hicimos fue echar a reir, despertando otro de sus numerosos enfados.

- ¡De que se ríen, ni que ustedes no se tocaran! –dijo echo una furia mientras tapaba su pene de 8 cm en estado erecto-.

- No nos reímos de ti, si no de tu pene. ¡Ja, ja, ja! –dijo Omar-.

- ¡Si hasta el mío sin estar erecto mide más! –dijo Mandy en tono burlón-.

- ¡Que dices! ¡Fantasma! –dijo Jesús rabioso-.

- ¿Que qué digo?

Entonces Mandy se bajo el pantalón y los calzoncillos, dejando al descubierto los 8 cm que contemplé la noche anterior.

- Si la mía es más grande que eso –dijo Jesús-.

Se colocaron uno junto al otro y, efectivamente, la polla de Jesús era más grande que la de Mandy, pero por unos escasos 3 mm.

- ¡Que te dije! –dijo Jesús-.

- Mira, deja que me ponga cachondo y entonces vas a ver.

- Pues venga.

- No, ni que fueras maricón. ¿Tantas ganas tienes de vérmela?

- No, déjalo.

Cogimos la muda de Omar y nos marchamos riéndonos de Jesús.