1. Historias de sexo con mi prima (4)


    Fecha: 01/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Cgabriel11, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, me llamo Gabi y mi prima Gisel.
    
    El mismo día que habíamos cometido la locura de coger en un campito por la mañana de un crudo invierno, nos juntamos por la tarde a tomar unos mates (es una infusión que tomamos los argentinos) estábamos aprovechando el hermoso sol que había salido aunque corría un poco de viento fresco.
    
    Fue bueno porque nadie nos interrumpió ni siquiera sus hermanas, tuvimos una charla que creo que fue el pie para lo que iba a suceder días después.
    
    Gi: que locura la que hicimos, todavía no puedo dejar de recordar.
    
    Yo: a mi me pasa lo mismo!! Jaja
    
    Gi: ¿te gustó la sorpresa?
    
    Esa pose la vi en una película y me dije -a Gabi le va a encantar- (leer "Historias de sexo con mi prima -3")
    
    Yo: me encantó, siempre te esforzas para que yo la pase bien. No me lo merezco.
    
    Gi: sí que te lo mereces y yo también la paso muy bien. Igual, perdóname que todavía no me animo a darte lo que querés.
    
    Yo: no tenés que pedirme perdón por nada. No voy a mentir que muero de ganas por hacerte la cola, pero siempre la pasamos bien, no lo necesitamos.
    
    Gi: debe ser doloroso y también la cola es para otra cosa. (se puso tímida)
    
    Yo: ¿te metiste dedos?
    
    Gi: tonto, no me preguntes eso.
    
    Yo: tanto te vas a enojar? siempre hablamos hasta de cosas peores.
    
    Gi: si, lo intenté. Vos también lo intentaste en la ducha.
    
    En una de nuestras cogidas en la ducha, le apoye mi dedo meñique en el ano para ver su reacción (no lo conté en ningún relato hasta ahora) ...
    ... no se lo metí ni intenté metérselo, ella solo se apartó un poco y seguimos.
    
    Yo: no intenté meterte nada!!
    
    Gi: no te hagas el boludo que me voy y te dejo sólo eh.
    
    Yo: bueno está bien ya está, cambiemos de tema.
    
    El sexo anal era un tema bastante sensible para nosotros, ella sabía que yo quería y aunque nunca la obligaba a nada; se sentía con la obligación de satisfacerme (no sé por qué).
    
    Estaba con esas dudas que creo que cualquier mujer tiene o tuvo respecto al anal, sí le va a doler mucho o sí es sucio hacerlo por ahí o sí sin querer podía defecar en medio del acto etc. etc.
    
    Así que la charla quedó ahí, terminé contento al saber que lo estaba intentando.
    
    Pasó la última semana de las vacaciones de invierno, estuvimos tranquilos esa semana ya que habíamos saciado nuestra hambre de sexo y también habíamos pescado un terrible resfriado.
    
    Volvió todo a la normalidad y nuestros encuentros sexuales volvieron aunque ya sin tanta frecuencia porque yo me había pasado a una escuela técnica y tenía doble turno 3 días a la semana.
    
    Hasta que una tarde de primavera llego a casa y ella no estaba esperándome parada en el portón de su casa como siempre lo hacía.
    
    Golpeo la puerta y me habla por la ventana.
    
    Gi: entra por atrás, la puerta está abierta.
    
    Yo: ¿por qué? si me podés abrir.
    
    Ella bajó la cortina y se fue. Yo esperé unos segundos a ver sí abría, pero no. Estaba jugando conmigo, sonreí y me fui corriendo ansioso de saber de qué se trataba. Entré, me ...
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