Jennifer: Mi vida.
Fecha: 02/04/2018,
Categorías:
Hardcore,
Autor: lujuria69, Fuente: xHamster
... excesiva fuerza con las que me forzó en esta segunda ocasión, hizo que llegara a provocarme algunas pequeñas m*****ias que se juntaron con un par de orgasmos secos que me dejaron para el arrastre. A pesar de ello y sin dejar de insultarme, siguió con su puño dentro de mi seta durante otros diez minutos hasta que se percató de que estaba sufriendo una importante incontinencia urinaria y que me estaba dejando como una autentica braga.Me tuve que acostar en la cama y me dejó reponerme mientras se encargaba de preparar una cena bastante ligera de la que no tardamos en dar cuenta para acostarnos temprano con la intención de que me volviera a follar introduciéndome su pirula vaginalmente colocada a estilo perro y con el culo en pompa. Esta vez no dudó en introducirme dos dedos en el ojete y “trajinarme” de la misma forma que lo había hecho por la mañana con movimientos unas veces rápidos y otras lentos sacándome con frecuencia el pito para comprobar que la humedad de mi almeja iba en aumento y volver a penetrarme. No sé la cantidad de orgasmos que había alcanzado cuándo sentí que me estaba echando su leche que, una vez más, me mojaba interiormente en abundantes, calientes, espesos y largos chorros dándome tanto gusto que me meé. Pedro me la extrajo un par de minutos más tarde para hacer que me tumbara, muy abierta de piernas, boca arriba para poder echarse sobre mi, “clavarme” su gran polla y proceder a tirarme mientras le apretara con fuerza contra mi poniéndole mis manos ...
... en la masa glútea intentando que me la metiera hasta los huevos. Alcancé otro buen número de orgasmos y llegué a desear que me llenara de lefa el chocho pero parecía que Pedro la estaba reteniendo a costa hasta que, al final, “explotó” y la leche se juntó con una nueva meada lo que hizo que, a medida que sentía caer tantísima cantidad de lefa y pis en mis entrañas, fuera alcanzando unos descomunales orgasmos prácticamente seguidos hasta que, tras mearme de nuevo, acabé exhausta. A pesar de que mi colaboración era mínima continuó cepillándome durante varios minutos más y cuándo me extrajo el rabo pude ver que lo tenía “a media asta”. Me hizo acostarme de lado y me lo colocó en la raja del culo, con lo que volvió a adquirir un grosor y largura estimables, mientras con sus manos me apretaba una de las tetas y me sobaba el coño. Estaba agotada por lo que me quedé enseguida dormida pero no sin antes percatarme de la gran cantidad de veces en que había llegado al clímax en las últimas horas.Cuándo sonó el despertador para ir a trabajar, Pedro ya no se encontraba a mi lado. Se había levantado dos horas antes para llegar a tiempo a su ocupación laboral y me había dejado una nota diciéndome:“Ha sido maravilloso. Eres una golfa preciosa y en cuanto te acostumbres a ser una hembra más guarra te vas a convertir en la mujer perfecta”.Aquella semana se me hizo eterna. Aunque hablaba con frecuencia con Pedro y estaba bastante liada con los preparativos para las fiestas navideñas que, ...