Nunca supe la verdad - Relatos Eróticos

Nunca supe la verdad

Desperté mientras era poseido por un compañero de trabajo en mi propia cama gimiendo de placer. El eyaculó dentro de mi y me abrazó con ternura y empezó a besar mi cuello y espalda con ternura.

Mi sexo estaba a punto de explotar y yo descubrí que me agradaba aquella sensación de tener el pene de un hombre dentro de mi y sentirme protegido en sus brazos.

Estaba perturbado, avergonzado, y muy excitado, él salió de mi cuerpo y me volteó para besar mi boca, fue entonces que descubrí que era Ramón, un obrero negro que trabajaba conmigo. A pesar de la verguenza que sentía descubrí que respondía a sus besos con deseo y lo dejaba acariciarme a placer. El llevó mis manos a su sexo y me pidió que se lo acariciara. Miré su virilidad y noté que era grande y gruesa y me sentí fascinado acariciando aquella bella polla.

Mientras me besaba me dijo: Anoche estuviste increiblemente sensual y deliciosa, nunca nadie me lo había mamado con tanto fervor y delicadeza.

No recordaba nada, mis últimos recuerdos eran que estábamos en una fiesta de la empresa, que él estaba a mi lado, y luego nada.

¿Qué pasó? ...

... pregunte, ¿cómo llegamos aquí?, entonces me dijo: ¿No recuerdas?, me pediste que te acompañara y me trajiste aquí, y al entrar a tu casa te arrodillaste frente a mi y me lo empezaste a mamar confesandome cuanto me deseabas...

No creí esa historia, pero algo me ataba a él, lo deseaba con locura a pesar que nunca me había sentido atraido por un hombre. ¿Quieres mamarmelo?, preguntó y yo me descubrí diciendole que lo deseaba mucho. Al comenzar a mamarselo descubrí que aquello me gustaba mucho y me abandone a él hasta que eyaculó en mi boca. Me bebí todo su semen con deseo y luego me levanté y nos besamos con locura. Ramón me dijo: De ahora en adelante tendremos sexo al menos una vez al día, te voy a hacer el amor con tanto deseo que te vas a enamorar perdidamente de mi.

Desde ese día me busca para tener sexo y nunca puedo negarme, a pesar que me ha hecho el amor en el trabajo a escondidas. Me aterra y me vuelve loco de deseo el miedo a ser descubierto teniendo sexo con él, pero ahora lo amo y vamos a mudarnos juntos.

Nunca supe la verdad de lo que ocurrió esa noche maravillosa que cambió mi vida para siempre