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Secuestrados
Fecha: 07/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Crusnik, Fuente: SexoSinTabues
... que lo abraza y vuelve a la carga siguiendo un ritmo lento pero constante. Mis piernas están completamente abiertas y mi cuerpo se aprieta contra el suyo en un vaivén cada vez más acelerado. Miro a sus ojos. Mis ojos están desorbitados y en el momento del climax los pongo en blanco, mi boca abierta que hace que su aliento impregne mis labios con una bocanada caliente. Noto con fuerza la palpitación de mi corazón y las contracciones de mi coño. - Iván: Lo siento. No sé qué me ha pasado. - dice intentando disculpar algo que está fuera de nuestro control pero sin dejar de continuar con el mete-saca. Va sacando su polla de mi conducto sagrado y el placer de ese movimiento es más agradable cada vez. Un largo gemido invade la habitación. Es tanto el placer que siento que vuelve a la carga insertando toda su barra de carne en su interior. Empieza a bombear dentro de su madre, sintiendo las paredes de mi vagina aferrándose a su polla. Ya no hay mundo a nuestro alrededor, solo nosotros dos, él y yo. Los jadeos se multiplican, las respiraciones son intensas y nuestras bocas están tan cerca que no pueden por más que unirse y empezamos a besarnos sin que yo deje de empujar con mis caderas hacia su cuerpo. Muevo mis caderas para ayudar a que mi hijo siga metiendo y sacando su miembro de mi interior. En un momento reduce el ritmo pues está a punto de correrse. El hacerlo despacio no le ayuda absolutamente nada, sino al contrario lo excita aún más hasta dejarlo a las puertas del orgasmo. ...
... También estoy descontrolada. Nuestras lenguas se unen de nuevo en nuestras bocas intentando combinar la respiración a través de la nariz y en jadeos de nuestros respectivos alientos. - Iván: ¡Mamá, me corro!, ¿la saco?- me pregunta. Sé que desea oír un “¡no!” Tengo cerrados los ojos, mis piernas apretando sus caderas. Mi cabeza echada hacia atrás y mis manos agarrando fuertemente las sábanas. Cuando intenta sacar su miembro lentamente, mis pies empujan su culo hacia él, mientras no deja de gemir con más fuerza cada vez, hasta que veo como se está corriendo sin contemplación. Decido seguir mi ritmo y no parar, así que inserto varias veces más mi polla dentro de su sexo, hasta que en una de esas embestidas lo dejo completamente metido y noto el calor que me viene desde los pies a la cabeza sintiendo cómo se tensa mi polla y parece querer explotar dentro de ese lugar maravilloso. Y me corro soltando varios chorros que inundan la vagina de mamá. Seguimos gimiendo y apretando sus pies contra mi culo en señal de que desea que siga brotando mi semen dentro de ella hasta vaciarme por completo. Son varios más los espasmos hasta que pierdo la cuenta. Siento que ha inundado mi lugar maravilloso. Siento la felicidad plena y cómo se puede detener el mundo en un instante. Mi hijo permanece sobre mí y ambos jadeamos intentando recobrar el aliento e intentando asimilar al mismo tiempo todo lo que ha sucedido. ¡Acabamos de follar! y se ha corrido dentro. Lo miro a los ojos y acaricio su pelo ...