DOBLE PENETRACIÓN LÉSBICA
Fecha: 09/04/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: isabela, Fuente: RelatosEróticos
... pulgares de sus manos en los costados de esa su prenda íntima, y la iba bajando lentamente por sus caderas mientras no dejaba de sonreírme con toda ternura, con los dedos dejaba deslizarse la tanguita por sus costados, rozando con el borde la piel de sus caderas, hasta que liberó por completo sus nalguitas ahí atrás, y por delante continuó deslizando su tanguita ya enrollada en una tirita delgada por la acción de sus dedos que suspendían la telita delgada y venían desde sus caderas hacia sus muslos lentamente. Ligeramente empezó a desprenderse de su zona intima, su pubis lleno de pelitos rojizos como su cabellera, iban apareciendo a medida que la tanguita iba deslizándose más hacia abajo, ver en primera fila eso, era apreciar la belleza de ese pubis tan fresco y sentir su aroma a mujer tan delirante.
Era como cumplir un deseo muy íntimo, tener su pubis tan cerca, esa piel tan delicada, cubierta por esos pelitos tan finos que tapaban su adorable vagina aprisionada por sus piernas cerradas, y entre las puntas de aquellos pelitos ya se podía divisar como salía de entre su piel más íntima, el detalle más adorable y excitante de aquella chica que se me entregaba, era recibir en mi nombre, todas esas sus secreciones vaginales tan exquisitas, todas mojando su prenda más íntima justo en medio, justo en donde había decidido poner mi nombre con su puño y letra para deleitarse en su intimidad, sabiendo que así llevaba mi nombre donde quiera que ella fuera en lo más íntimo que ella ...
... tenía.
Ella había dejado su tanguita ahí al borde de su vagina para que yo me deleitara viendo mi nombre entre secreciones suyas, cuando de pronto con un dedito paso encima de mi nombre tal y como había acariciado mi muslo, y de ahí se llevó el dedito a la boca para saborearlo deliciosamente. Con su dedito en la boca me miraba sonriendo, disfrutando el sabor que había recogido de su prenda íntima, se chupaba ese dedito con toda dedicación, hasta quitarle todos sus flujitos de encima y a la vez me miraba llena de ternura.
En ese momento, decidió bajar por sus muslos su tanguita, entonces tomándola del centro, presionando en su dedo pulgar mi nombre y por el otro extremo de la tela sus demás dedos, delicadamente bajo su tanguita hasta las rodillas, como las tenía dobladas sobre la cama soportando su cuerpo, para liberar la prenda y dejar que siguiera deslizándose por sus piernas, se puso como una gatita desplazándose cariñosamente por mi costado, gateando con brazos y piernas, dejando que le colgara la tanguita entre las piernas; y se fue acomodando a mi costado derecho, para depositar su lindo cuerpo sobre la cama y así permitir que saliera la tanguita de entre sus piernas.
Extendía su figura sobre la cama, rozaba sus pechos en las sábanas y su pelo rojizo había quedado desparramado alrededor de sus hombros, su piel desnuda se acariciaba con las sábanas, ella parecía envolverse en su propia desnudez y yo intentaba mirarla completa, pretendiendo coger de un vistazo todo ...