1. El negro chupete de mi mujer


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cabron, de entre 30 y 35 años, era alto y un poco grueso, sin llegar a gordo, al sentarse, se le quedo viendo a mi güera. Después de un rato, discretamente mi güera, me dijo que el negro ese se le quedaba viendo bien cachondo, yo le dije, que me dices, no era lo que andábamos buscando, le dije muy quedito, si te gusta dale entrada, paso como una hora, se notaba que el negro le encantaba el chupe, porque en el rato que les digo, se aventó sus buenos alcoholes. Varias veces se levantó y al hacerlo, abría mucho las piernas, dejándonos ver como se le marcaba la tremenda verga que se cargaba, lo que admiro de los pinches negros, es que aparte de estar bien mamados, tienen la verga larga y gruesa. Le dije, a mi güera, entonces que güera, te gusta el negro, si te gusta, lo invitamos a la mesa y a ver que sale, ella me dijo, con esa mirada de zorrita que pone cada vez que se ponía cachonda, me dijo que si, entonces, pues decidimos invitarlo, con un ademan llame al mesero y le dije, llévele una copa de mi parte al señor ese y dígale que lo invito a tomarse una copa con nosotros, el mesero hizo lo que le pedí, el negro se me quedo viendo y con una mueca accedió. Le hicimos campo en medio de los dos, dijo llamarse Terence, ser de Nueva York, nosotros nos presentamos, más bien, mi mujer lo hizo por los dos, ya que ella habla inglés muy bien, empezamos a platicar de México y no sé qué madres más. Pedimos más tragos, para esto y para tener control de la situación, yo ya no tomaba nada, ...
    ... nada más observaba al negro, para ver si tomaba la iniciativa para lo que íbamos hacer, en una de esas, me di cuenta, que el negro, creyendo que no lo veía, deslizaba la mano varias veces por la pierna de mi güera, al ver que las cosas iban por donde yo quería, di el siguiente paso, le dije, a mi güera, que le preguntara si no tenía un lugar intimo en donde ir, porque aquí ya se estaba acabando el ambiente. Pinche negro, no se lo dijeron dos veces, presto y raudo, él nos invitó a pasar a la habitación que tenía rentada, con los ojos le dije a mi güera, ya estuvo, nosotros accedimos a su propuesta y subimos a su habitación, estando ahí, Terence, saco unas botellitas del servibar y no las ofreció, él se empezó a explayar. Porque nada más nos sentamos, mi güera en la cama y yo en un sillón frente a ella, el sin sentarse, nos empezó a contar parte de su vida, entre otras cosas superficiales, nos dijo, que esperaban encontrar mucho sexo durante su estancia en México, al hacerlo se le quedo viendo a mi vieja todo excitado, viendo que los ojos del negro brillaban de lujuria cada vez que veía a mi mujer, yo le dije, güera, dile al negro lo que quieres hacer y si él está dispuesto y de acuerdo a hacerlo, era obvio que iba a querer, a leguas se veía que el pinche negro quería saltar sobre ella. (En esa época mi ex mujer estaba super buena, era un digno ejemplar de Culiacán, Sin. , era alta, güerita, era dueña de dos tetas grandes y respingadas, tenía una cintura breve y unas amplias ...
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