1. En la cabaña by NenaJoven


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues

    ... gente en el bosque con las que cruzamos tímidos saludos. Un tiempo después, llegamos de nuevo a los lindes del bosque terminando nuestro recorrido. "Mi niña, ahora podemos adentrarnos en otro bosque que conozco, no muy lejos de aquí. Un enorme bosque lleno de hayedos y robles. Poco transitado y con una solitaria borda. " El recorrido en la moto se hace corto y de nuevo nos apeamos ente la entrada del frondoso bosque. Te miro con un poco de desconfianza pero sé que a tu lado estoy segura, además la idea de explorar un bosque más. solitario se me hace muy tentadora. Recorremos poco a poco el nuevo camino ya con la tripa llena es mucho más agradable y una suave brisa que se cuela entre los arboles es simplemente maravillosa. El camino está algo más cerrado que en el otro, y nos llevara algo más de tiempo avanzar, pero como aun es verano, y anochece tarde nos dará tiempo. En ocasiones, debemos evitar las zarzas acumuladas en el camino, pero el bosque enamora. Enormes telarañas que cruzan el camino delatan que no ha pasado nadie por ahí en al menos un par de días. Sientes la presión en tus manos originadas por el temor. "tranquila caperucita, el lobo no te comerá. TODAVÍA GRRRRR. AUUUUU" "Muy gracioso lobito feroz. " te susurro y aparto de mi mente todos los temores y pensamientos que puedan evitarme disfrutar de tu compañía a pesar de vivir juntos nuestro se ve limitado por nuestras responsabilidades y estos momentos donde solo somos nosotros y mandamos a la porra los demás son ...
    ... de los que más disfruta. "Pero. te equivocas. no puedo ser caperucita ella es un ideal de inocencia y virginidad, y no soy lo primero y sin duda mucho menos lo segundo. soy tu hechicera. " esa sonrisa lobuna te delata y me sonrío también mientras me ayudas a no caer en una zanja y rompemos a reír en la paz del bosque. Entre risas y juegos, y alguna historia de cazadores, llegamos hasta una zona donde la maleza se reduce dejándole sitio a una borda. Un pequeño refugio de pastores, cazadores, senderistas y montañeros donde pueden refugiarse del frio y la lluvia. Cuando veo la pequeña y vieja casa, sientes como mis perfectas y cuidadas uñas, se clavan en tus manos. Un pequeño gruñido emites cuando clavo mis uñas, me disculpo varias veces y me dices que no pasa nada, es solo la impresión, la verdad por mi mente recorren varias opciones, la más tentadora era hacerlo al aire libre en algún claro, pero esa cabaña. tengo debilidad por ellas, además de que se tus intensiones no son castas ni mucho menos inocentes nos acercamos a la cabaña muy despacito, por si hay alguien dentro. La puerta está cerrada, pero suelen esconder la llave en algún hueco. Entretenido buscando la llave, giras tu cabeza hacia mí y me ves agachada, mirando algo en el suelo, con el culete en pompa. Eso es demasiado para ti. Te acercas sigiloso por detrás, y colocas las manos en mis caderas provocándome un respingo, pero sigo mirando el suelo y te pregunto por una seta. Tus dedos se aferran a los bordes de mis ...
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