1. Control extremo


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quítate la ropa. ¡Y hazlo de forma sensual, por supuesto! ¡Tiene que quedar bien en la peli de tu maridito!
    
    La mujer se empezó a desnudar mirando directamente a cámara, lentamente y adoptando poses sensuales. Primero, se quitó el top intentando taparse los pezones con un brazo, para luego descubrir sus preciosas tetas naturales poco a poco. Apretando los brazos hacia dentro, hizo que sus pechos se juntaran más y crearon un efecto increíble, rebosando hacia arriba. A continuación, se dio la vuelta y procedió a bajarse las mallas con los dedos pulgares, poco a poco, dejando a la vista su tonificado culo, dejándose el tanga puesto. La chica se puso a cuatro patas en el suelo y fue gateando por la habitación, con actitud sumisa, hasta subirse a la cama. De espaldas a la cámara, y con el culo totalmente en pompa, empezó a quitarse el tanga usando las dos manos, dejando a la vista un precioso coño, tal como lo describiera el agente de policía que solía penetrarlo.
    
    —¡Magnifico! ¿No has trabajado nunca de stripper? ¡Tendrías futuro! ¡Jajaja! Ahora, déjame que vea cómo está ese coñito tuyo, que parece muy sabroso.
    
    Se acercó y empezó a meter los dedos en el coño de Carolina. Estaba empapado de sus jugos, tal como solía pasar. Aunque no solieran querer obedecer sus órdenes, todo el juego previo al que solía someter a sus víctimas acababa por activar los mecanismos biológicos de sus partes más íntimas, que a este punto solían estar chorreando de deseo.
    
    —A ver cómo sabe... ...
    ... —dijo llevándose los dedos a la boca. Luego, hundió su lengua en las profundidades de Carolina— Uhm... Delicioso, delicioso. ¡Ahora, mastúrbate el clítoris mientras te meto la polla, guapa! Que se viene lo bueno...
    
    Inmediatamente le clavó a pelo su polla, que se hundió en los fluídos de la joven con suma facilidad. Era increíble lo húmedo y cálido que estaba. Realmente Carolina estaba muy cachonda. De hecho, al poco de recibir sus crueles embestidas, empezó a gemir como una auténtica puta, y eso que no había dado tal orden.
    
    —¿Oyes eso, colega? —dijo a la cámara— ¡Esta perra está gozándolo de verdad! ¡No le he dicho que gima así! ¡Jajaja!
    
    Al oír esto, Carolina empezó a gemir todavía más y a morder desesperada la almohada. Retorcía las sábanas que tenía a mano con fuerza.
    
    —¡Sí que lo goza, sí! ¡Jajaja! ¡Se ve que le pone cachonda que la trate así! —dijo— Ahora que me acuerdo... ¿no le ponía que la azotasen?
    
    Y, según terminó la frase, lanzó una potente cachetada en el culo de Carolina. La chica soltó un gritito.
    
    —Vaya, sí que le gusta. ¡Jajaja! ¡A ver cuánto aguanta! ¡No te muevas, que voy!
    
    Sacó su polla, que estaba chorreando de flujo vaginal, y la emprendió a cachetadas con la pobre muchacha. La chica gemía mordiéndose el labio con fuerza a cada uno de sus golpes, pero no se movió de donde estaba, permaneciendo con el culo en pompa y la cara apoyada en la almohada.
    
    Siguió dándole golpes hasta que el culo adoptó un color rojo amoratado. La chica respiraba ...
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