Esclavas sexuales disney III: Ariel
Fecha: 18/04/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
MIAMI, CALIFORNIA, AMÉRICA DEL NORTE. 30 DE SEPTIEMBRE DE 1999.
Edgar había ido a aquella subasta en Francia por recomendación de unos amigos y había quedado asombrado por lo que había visto. Cómo el trofeo de un pescador, una hermosa esclava colgaba de un marco de madera ¡Era una sirena, una sirena auténtica! Estaba sujeta en el marco por la cola, exactamente igual que un trofeo de pesca, sus brazos estaban atados a los lados por una serie de correas y sus deliciosas tetas desnudas colgaban para que todo el mundo pudiera tocarlas. Aquélla hermosa princesa de los mares era ahora una esclava, una mascota sexual y Edgar supo que debía ser suya, así que había pagado por ella la cifra récord de dos millones de dólares. Sabía que a la guarrilla de su novia bisexual también le encantaría la sirena pelirroja.
Se la iban a enviar a través de una empresa de transportes privadas y Edgar descubrió que era cierto lo que decía la canción: la espera es lo que se hace más largo. Una semana después, un camión llegó a su casa de Malibú pasado el mediodía. Un enorme sureño con una camiseta naranja y la bandera americana cruzándola llamó a su puerta. Tenía un portapapeles que examinó antes de que se abriera la puerta.
-Vale, jefe, vengo a entregar una sirena -dijo mientras mascaba tabaco.
-Claro ¿La pueden traer por la parte de atrás? -preguntó Edgar.
-Segur, jefe -dijo el hombre. El repartidor y su compañero abrieron la puerta trasera, revelando una caja de plástico llena de ...
... agua en la que se encontraba Ariel. Los dos hombres cargaron la caja y la llevaron por el camino hacia la puerta que conducía al patio trasero de Edgar. Los guió hasta la piscina, que había preparado llenándola de agua salada. El repartidor abrió la caja por un lado y Ariel se deslizó fuera de ella hacia la piscina. Ariel golpeó el agua con una fuerte salpicadura y empezó a nadar recorriendo su nuevo hogar. Edgar despachó a los transportistas y volvió su atención a la sirenita.
Edgar estaba de pie, nervioso, frente a la piscina. Esa sirena pelirroja era todo lo que había esperado y todo lo que quería. Se desnudó y se sentó en el borde de la piscina y vio cómo su nueva mascota parecía planear hacia él bajo el reflejo cristalino de la superficie. Ariel se puso debajo de él y le dedico una sonrisa bajo el agua, entonces emergió y, para su sorpresa, empezó a chuparle la polla, probablemente debido a las drogas que sabía le habían dado para mantenerla en un constante estado de excitación sexual. Edgar empezó a sentir oleadas de placer por todo su cuerpo mientras sentía los labios de ella rodeando su pene y chupándolo mientras su cabeza se movía de atrás adelante. Totalmente excitado, la agarró del pelo y no la soltó hasta que se vino en su boca, soltando esperma que ella tragó gustosa. Después se marchó nadando.
MALIBÚ, CALIFORNIA, AMÉRICA DEL NORTE. 1 DE OCTUBRE DE 1999.
La novia de Edgar finalmente regresó de su viaje a Miami. Tanya era una mujer sexy con largo y liso pelo ...