1. El hotel del todo incluido


    Fecha: 19/04/2018, Categorías: Gays Autor: espineta, Fuente: CuentoRelatos

    ... con la boca y la nariz saboreaba el olor de su pubis. A tan corta distancia, el olor maravilloso que me llegaba de su sexo me excitaba aún más.
    
    Le palpé el escroto y notando la hermosura de los testículos, gorditos y sin nada de pelo, se los besé, uno a uno me los introduje en la boca varias veces, le palpé el pene, no estaba muy erecto, pero estaba de pecado, me lo introduje con avidez una y otra vez en la boca, lo lamí muchas veces, lo besé, lo quería todo para mí. Con delectación y lujuria saboree su glande, el tronco de su cipote entra y sale de mi boca y lo disfruto muchas veces y, gozando con ese manjar, me agité, me asfixié, no pudiendo más y me corrí como una colegiala.
    
    Pero no me conformé con eso, quería gozar con este efebo propio de un escultor griego. Quería sentirlo dentro de mí, de mi vagina, que entrara su miembro gordo y erecto todo dentro de mí, quería sentir sus achuchones, su bombeo de mete y saca. Quería que inundara con su leche todo mi ser.
    
    Comencé acariciándole la espalda, besándole los riñones y bajando hasta los glúteos, después me volví a comerle muchas veces su maravillosa polla, de abajo arriba y a llenarme la boca con tan rico y excitante manjar. Como ahora sí que la tenía gorda y tiesa, le pedí, le supliqué que me la metiera, que me la metiera hasta que me hartara y acto seguido, obedeciendo mi orden, seguramente al verme cara de esposa lujuriosa y viciosa, me penetró con la fuerza de un toro, inició un mete y saca cuyas fricciones cada ...
    ... vez me ponía más excitada y cachonda notando una de las sensaciones más maravillosas que he sentido nunca. Indudablemente, este camarero sabía follar a una mujer mayor aburrida y deseosa de sexo. Ahora en un dulce vaivén, como si estuviera meciendo a un bebé, me arrancó gemidos que me enloquecían, yo até mis piernas a su cintura para sentirlo más fuerte, más dentro y notar mejor su duro pene dentro de mi cuerpo. Sus embestidas son cada vez más fuertes y noto que estoy llegando al clímax, que no puedo aguantar mucho más, que me voy a correr, sí, sí, me voy a correr otra vez. Él también lo notó y apretó todavía un poco más el bombeo, también se iba a correr…sí, sí, quiero que inundes de tu semen todo mi interior, quería sentir el borbotón de tu leche caliente saliendo inagotable, quise fundirme con su orgasmo. Y así entre mil gemidos nos corrimos los dos al mismo tiempo en un acto de gozo y placer como pocas veces he sentido. Aquella fue una corrida gloriosa.
    
    Al día siguiente bajé tempranito a la piscina y respiré tranquila pues allí, a lo lejos, divisé a mi camarero. Solícito vino hacia mí, nos saludamos y le pedí un zumo fresquito. Me lo trajo rápidamente y al preguntarme si deseaba algo más, con la mejor de mis sonrisas y, lanzándole pícaramente un beso, le rogué que volviera a mi habitación cuando terminara su turno para aplicarme el todo incluido… ¡y la verdad es que me también me lo aplicó maravillosamente aquella tarde y las siguientes!! .... ya os lo contaré en otra ...