1. Nombre de ángel: Matías


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos

    ... a llorar. Yo estaba demasiado alucinado como para haber hecho algo... la dejé seguir hablando... me maldije por ello por mucho tiempo
    
    - Cuando... cuando reaccioné... estaba en el suelo... ella aún me golpeaba... me llamaba puta... golfa... sucia... que le quería robar a su hombre... acabó echándome de casa... desnuda... sin nada... apenas pude coger un par de prendas de ropa... caminé por la noche sin rumbo hasta que me atropellaste.
    
    La abracé suavemente, tratando de comunicarle seguridad mientras ella volvía a abandonarse al llanto en mis brazos, por fin dejando ver la niña que de veras era. Su pequeño cuerpo se me antojaba aún más débil en aquella situación... Dios, quería hacer algo, pero no se me ocurría qué cosa...
    
    Se tardó bastante en dejar de llorar, y varios minutos más en quedarse dormida en mis brazos. Algo pasó en mi interior en ese momento, algo que no supe cómo explicar. La chiquilla era una desconocida, un don nadie para mí, pero me juré que no dejaría que siguiera sufriendo de esa forma. La llevé a mi cama y la cubrí lo mejor que pude. De todas formas, tendría que trabajar ese día -había varios pendientes-, pero le dejé una nota -y escuálidos diez euros- explicando que estaba al otro lado de la puerta que daba al taller e indicándole qué cosas podía comprar para preparar la cena.
    
    Mis asistentes, Samuel y Cristina, llegaron puntuales como siempre y no tardamos en poner manos a la obra. Gracias a ellos había podido aumentar el volumen de ventas y ...
    ... hoy, particularmente, su ayuda me caía del cielo, pudiendo desocuparme más temprano de lo que esperaba. Cristina, como era costumbre en esos casos, me sugirió tomar algo en mi apartamento, pero le expliqué la situación -sin entrar en detalles- y entendió perfectamente, o eso creí. Le sugerí que buscara compañía en Samuel y volví al apartamento.
    
    Me sorprendió el cambio. bastaba un poco de aroma a comida y unas escuetas flores en una triste botella de cerveza para convertir ese dormitorio en un hogar. La música tropical que tenía puesta Susana no era de mi agrado, pero me encantó verla moviéndose al ritmo por todo el lugar, buscando alejar hasta la última telaraña del más lejano rincón y, quizás, hacer que su dolor, al menos en parte, también desapareciera
    
    - ¿Y tú qué pretendes? -pregunté-
    
    - Bueno, hermanito, te tengo una propuesta
    
    - A ver...
    
    - ¿Qué te parece si empiezo a trabajar para ti como sirvienta?
    
    Me divirtió su desfachatez infantil
    
    - ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?
    
    - Sí, perfectamente, y creo que es una solución genial
    
    - Así que genial, ¿eh?
    
    - Claro, mira. Para empezar tu apartamento es el típico apartamento de hombre, funcional, pero sin ningún atractivo. Tu nevera está peligrosamente vacía y el aseo del lugar se limita a lo mínimo para que este lugar no sea insalubre
    
    - ¿Me estás llamando sucio?
    
    - No, ¿cómo crees?, pero el hecho es que no te alcanza el tiempo para tu taller y tu casa... necesitas ayuda, y lo sabes
    
    - No niego ...
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