1. Nombre de ángel: Matías


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos

    ... presente
    
    - ¿Y esto? -preguntó-
    
    - Bueno... estuviste de cumpleaños, y no te regalé nada... no es mucho, y es menos cuando ves que es algo práctico y no en regalo genuino, pero espero te sea útil.
    
    Le había comprado una mochila de mezclilla -usada, pero de marca- y varios cuadernos y lápices. Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. Me sorprendió su actitud, pero cuando pude por fin ver sus ojos llorosos supe cuánto le había importado el detalle. Me sentí en cierta forma un canalla por obligarla a compartir una casa tan pobre, y a la vez el tipo más feliz del mundo cuando me regaló la más cálida de las sonrisas...
    
    - Gracias Matías... eres mejor que un hermano: eres mi ángel
    
    - No me alabes tanto chiquilla, que acabaré por creérmelo
    
    - No quiero sonar cursi, pero, en serio, siempre quise tener a alguien como tú a mi lado...
    
    No nació de la lujuria, pero por primera vez sentí el deseo genuino de besarla. No habían pasado ni tres días desde que nos conocimos y su felicidad ya me importaba de esa forma. En mi fuero interno siempre había deseado a alguien sólo para mí... Involuntariamente, Susana comenzaba a llenar ese vacío en mi vida a pasos agigantados... lo peor de todo era aquel ronroneo de gatito que escuchaba en mi mente cada vez que me llamaba por mi nombre.
    
    Debo aceptar que aquel primer año no fue bueno, pero las cosas tampoco fueron tan horribles, al menos en casa. Nunca la culpé de nada, pero el hecho era que los cambios en los gastos de la ...
    ... casa hicieron que debiera hacer algunos recortes de forma ineludible, al menos hasta que las cosas mejoraran. Ella, por su parte, bajó bastante de peso y se le notaba algo demacrada, pero jamás se quejó, hasta que un día en noté que no había ido al colegio y, al ir a su habitación, me la encontré con fiebre. Examiné su cama y noté que estaba empapada, así que la acosté en la mía y yo volví a nuevamente a ocupar el sofá. Sanó rápido, pero a los pocos días caí en cama yo. Lo mío fue un poco más grave, no sólo un resfriado... llegué incluso a delirar, o eso creí, viéndola discutir con Cristina, quien la acusaba de haber provocado mi enfermedad y de poner en riesgo el negocio.
    
    Durante mi convalecencia Susana no se apartó de mi lado, excepto para lo estrictamente necesario, cosa que agradecí profundamente una vez me recuperé. Ocurrió, sin embargo, algo que hizo que nuestra relación cambiara para volverse más familiar de lo que esperaba.
    
    Sería cosa de una semana después de aquella fiebre cuando me desperté en medio de la noche. No suele ocurrir muy seguido-soy de sueño pesado-, así que encendí la luz y me dispuse a ir por un vaso de agua. Me llevé tamaña sorpresa al ver en el suelo de mi habitación a Susana, acostada en un futón improvisado, que me decía
    
    - Apaga la luz, ¿quieres?... no puedo dormir
    
    Por un instante pensé en volver a dormirme, creyendo que aquello era un sueño. Fue ella quien me sacó de dudas pocos segundos después cuando, incorporándose sorprendida, dijo ...
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