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Desvirgado por mi hija.
Fecha: 21/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy casado, tengo 40 años, vivo con mi esposa y mi hija MARY de 20 años. Hace un tiempo descubrí que se masturbaba con un consolador, simil pene de unos 20 cm de largo x 4 de ancho. Como mi esposa trabaja todos los días por la tarde, hasta las 10 de la noche, la tenía amenazada a MARY, y la convertí en mi hembra. Todas las tardes eran nuestras. Mi curiosidad por las relaciones con transexuales, me llevo a buscar en internet; definitivamente me comenzo a gustar la idea de tener un pene en mi ano. Mi miedo, era el tamaño y veía cuando los penetraban cómo obligaban al ano a dilatarse en extremo, temía el dolor y el sangrado. Ese día MARY, tenía educación física por la tarde y me dijo que volvería a eso de las 20.00. Hurgué en su dormitorio y escondido hallé el consolador, fui a mi dormitorio, me desnudé, lubriqué mi ano e intenté penetrarme, tenía muchas ganas, pero era muy grande, me dolía, no me entraba ni la cabeza. Me senté sobre él, me intruduje la cabeza y el dolor hizo que me lo sacara. ...
... Yo estaba muy caliente, no reparé que mi hija ya había regresado, la puerta de mi dormitorio estaba abierta y observó todo lo que estaba haciendo, cuando ingresó a la habitación, ya estaba desnuda, me dijo -estas en mis manos- me obligó a practicarle sexo oral y acabó en mi boca, me llevó a la cama, me tiró de espaldas y se tragó todo mi pene, me lo succionó, cuando faltaba poco para que yo acabara, se detubo, me puso boca abajo, metió su lengua en mi cola y me perdí, me metió un dedo, luego sentí que algo duro y grueso se abría paso en mi ano, me desgarraba, me estaba desvirgando con su consolador, me introdujo los 20 cm, era una mezcla de dolor, placer, ella también estaba perdida, se colocó el cinturón y comenzó a cojerme sin parar, yo acabé como tres veces, de mi cola sentía que chorreaba algo caliente, era la sangre por la rotura de mi ano. Le pedí por favor que me lo sacara, no quería más. Ya te desvirgué, tenés un hermoso culo, que ahora es mío. Y a partir de ese día soy su esclavo.
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