El juego del dado Parte 2: La mudanza
Fecha: 24/04/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: naniano, Fuente: RelatosEróticos
... llegaba a la puerta del comedor, o incluso estando ya dentro del salón, sentado en un sillón al lado de mi hermano, era incapaz de decirle lo que quería decirle. Me daba corte. Pero tampoco podía librarme de aquella pesadez en mis pelotas. Sí que podía, entiéndanme. Está todo inventado, ya lo sé, pero estaba empecinado en reanudar lo que habíamos empezado hacía un tiempo, por lo que acumulé más valor y decidí hacerlo bien, a mi manera. Ya habría otra noche en la que ambos nos quedaríamos despiertos hasta tarde y tendría una nueva oportunidad. Ya llegaría el viernes…
Durante la semana me quedé una noche un poco más tarde de la cuenta, olvidando que tenía que madrugar a la mañana siguiente. Mi propósito: grabar la porno que pusieran ese día en el canal pirata. No penséis que simplemente lo hacía para tener otro recurso masturbatorio para mí mismo. Iba a ayudarme a conseguir lo que pretendía y tanto me estaba costando. Había veces que repetían la misma película durante toda la semana. No recuerdo como lo hice, si me valí de la ya consabida reposición de la peli a lo largo de la semana pero el caso es que acabé grabando una que me molaba mucho y es que todas las tipas que salían lucían unas tetonas enormes y yo seguía, y sigo, adorando a las tetonas. Ya tenía en mi posesión un arma que podía usar para mi objetivo. Y llegó otra noche de viernes. Yo en mi cuarto con la verga mojada y dura, amenazando con salirse del pantalón, casi sin poder evitar controlarme para ordeñarla ...
... hasta dejarla seca. Mi hermano en el salón tranquilamente. (Siempre he sospechado que él también miraba el porno)Y salí de mi cuarto camino del salón.
Supongo que en aquella ocasión tampoco me fue sencillo animarme a salir de la habitación pero lo hice. Fui hasta el comedor y allí estaba mi hermano. Tal vez le pregunté que qué hacía o que qué veía, no lo sé. A veces veía pelis que teníamos grabadas y puede que aquella noche estuviera haciéndolo, por eso me atreví a dar el paso definitivo. Regresé a mi cuarto. Yo tenía allí una pequeña colección de cintas VHS. Cogí una y salí de nuevo. Fui al salón. Le di la cinta a mi hermano y le dije que mirase a ver que había grabado allí. Rápidamente volví a mi cuarto y me encerré. Yo sabía perfectamente lo que había grabado. Porque lo había grabado yo y quería lograr algo habiéndolo hecho. Y si en aquel momento todo iba como pensaba, si todo salía bien, iba a conseguirlo al fin. Mi hermano mientras ponía la cinta en el video.
Yo estaba bastante nervioso pero al rato tuve que volver a salir y caminé despacio hasta el comedor. ¿Qué me depararía el destino? ¿Cómo reaccionaría mi hermano? Al llegar al salón le pregunté que qué había en aquella cinta. Él ya la había parado. ¿Qué hay? le repetí. ¿Cómo grabas esto? me soltó él. No puedo decir que estuviera enfadado, nada más lejos. Diría que estaba sorprendido. Y quizás un tanto excitado también, tal vez al rememorar con aquello el juego secreto con el que nos divertíamos en la otra casa, ...