1. Me llevaron al paraíso del placer, en el aseo de aquel baño público.


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Gays Autor: chichos91, Fuente: SexoSinTabues

    ... Agarró mis caderas con sus manos, y dando un pasito atrás, llevando mis caderas con él, para que quedara algo más inclinado, empezó a mover sus caderas con un ritmo suave, dándome profundas metidas de polla en mi culo. ¡oooooooohhhhhhh! así, así, gritaba yo, métela toda por favor, le gemía. Y empezó a ir algo más rápido, escuchándose el plas, plas, plas, del sonido al golpear su pelvis contra mi culo. De pronto se escuchaba un sonido como si alguien estuviera subiéndose por la pared del aseo de al lado. Cuando miré hacia arriba, allí estaba otro hombre asomándose por la pared que separaba ambos aseos, para ver el espectáculo que teníamos con aquella follada. Debíamos haber hecho bastante ruido con nuestros gemidos, y aquel no aguantó más las ganas, y quería ver en directo la tremenda cabalgada que le estaban dando a mi culo. Pues que viera, ya se cansaría de estar allí colgado, y con la polla seguramente que tiesa. Yo en esos momentos, ya se podía caer todo, y quedar al descubierto, que no me separaría de aquella maravilla de polla, que me estaba enculando. Ambos no parábamos de gemir, ¡aaaaaaaahhhhhhhhhh! era lo único que se escuchaba. Mi polla no paraba de chorrear semen, parecía un grifo en continuo goteo, y aquello me estaba llevando al clímax del placer. En cualquier momento estallaría soltando todo el semen que llevaba en los huevos. Cuando el que estalló, fue mi jinete enculador, que ahora gritaba, ¡oooooooooooohhhhhhhhh!, me corro, me corro maricón. ...
    ... ¡oooooooooooohhhhhhhhh!, que gusto. Me había dejado por lo menos 6 trallazos de rica leche dentro del culo, cuando dejando la polla en lo más hondo de mis entrañas, echó una mano a mi polla, y nada mas tocarla, el que ahora estallaba, era yo, ¡oooooooooooohhhhhhhhhhh! suspiraba mientras dejaba mi semen en los azulejos de aquella pared. Descansamos unos minutos, mientras sin sacar aún su polla de mi culo, me iba besando la espalda, nuca, hombros, y con sus manos seguía meneando mi polla, mientras con la otra, acariciaba mi vientre y pechos, hasta que salió sola su polla de mi culo. ¡Dios! que culito tienes putito, tienes un culito muy rico, y que gusto da follártelo. Me dio la vuelta, besándome de nuevo para a continuación, limpiarnos un poco con un papel, vestirnos, y salir de allí. Abrimos la puerta, y cada uno, cogió una dirección distinta, el se fue para la izquierda, y yo para la derecha. Ambos íbamos satisfechos, y contentos de la follada que nos habíamos dado mutuamente. Yo le dí mi rico culo, y el su rica polla con su abundante semen, que llevaba en lo más hondo de mi culito. Por supuesto nos volvimos a ver, volviéndome a dar por el culo, aquel jinete que tan rico me cabalgaba. Fue en el mismo sitio, unas semanas después, volviendo a dar por el culo, llevándome al paraíso del placer, con la enculada que me dio. La cosa fue más o menos igual que esta, por lo que escuso contarla. La historia sucedió tal y como la he relatado, y como yo la recuerdo. Espero que os haya gustado y excitado, ...